«Nahia ha conocido a Iker, 12 años menor, y aunque teme perderle, sabe que su experiencia vital y sexual es un gran afrodisíaco...»
Nos juntamos tres amigas para hablar de divorcios, dudas y nuevos amores, mientras desmontamos prejuicios sobre la edad, el deseo y lo que se espera de nosotras
Karri Bilbao
Viernes, 25 de julio 2025, 00:51
Llego a casa tras disfrutar con Nahia y Lidia de unas horas juntas por el Casco Viejo el domingo, hasta pasadas las cuatro. Hemos puesto ... en común el fin de semana y Nahia nos cuenta que está quedando con Iker, un chico doce años menor que ella, que conoció hace poco más de un mes gracias a un amigo común. Expone que la diferencia de edad es un problema, más allá de las circunstancias personales y laborales de cada cual: él, soltero, sin hijos ni compromisos a la vista, aún formándose; ella, divorciada desde hace cinco años y madre de preadolescentes, con un puesto de trabajo más que consolidado. Debatimos sobre si es la edad el abismo que Nahia opina les separa o si son otras razones: él, preparándose para aprobar una plaza de bombero, y ella, cirujana con puesto fijo en Osakidetza. Iker, viviendo en piso compartido con dos de su cuadrilla; ella, propietaria de una vivienda recién comprada en Abando.
Lidia acaba de dejarlo con Asier, tras meses de reproches por ambas partes y pérdida de confianza mutua. En lo que a mí respecta, sigo asimilando lo que está sucediendo con Javi, vecino de cuando éramos críos y amor platónico de infancia, con quien he iniciado una relación con vocación de convertirse en pareja. Las tres estamos viviendo situaciones bien distintas y nos servimos entre nosotras de confidentes y de ángulos de visión complementarios para verbalizar en qué punto estamos y cómo nos afecta.
Nahia no deja de repetir que lo suyo con Iker no tiene futuro… Lidia y yo coincidimos en el diagnóstico de la situación con un «ni falta que hace» como fórmula magistral y remedio a su «malestar pasajero». Carpe diem, le decimos por unanimidad. Hoy han vuelto a quedar y Nahia, que tendrá a sus hijos con su ex hasta la semana que viene, augura que, por el tono que han ido cogiendo los mensajes de WhatsApp en los dos últimos días, acabarán en su cama con toda probabilidad. Le decimos que disfrute y que no ponga límites a lo que está sintiendo, a la vez que planteamos una realidad que todavía impera en nuestros tiempos, fruto del machismo que arrastramos: si es el hombre quien supera en más de una década la edad de una mujer, a nadie le escandaliza ni pone el grito en el cielo. No deja de ser pura hipocresía, añado.
Estamos las tres de acuerdo, no hay duda, pero a Nahia no deja de inquietarle la historia que está a punto de protagonizar. En realidad, lo que teme es engancharse a un chico que, antes o después, volará a otro nido, confiesa… «Pero tú no quieres nada serio con Iker», le recordamos. «Además, no te minusvalores por llevarle años de más porque, seguramente, tu experiencia vital (y sexual) es el mayor afrodisíaco para él», sentenciamos a la par.
Antes de despedirnos, Lidia nos pone al tanto de una leyenda que circula por Bilbao a cuenta de los leones alados esculpidos en el puente de La Merced. Falsa o no, dice que si los tocas, encontrarás el amor. Parece que el origen está en una mentira publicada en un periódico bilbaíno el Día de los Inocentes, pero nos encantan las historias así y decidimos visitar el puente la semana que viene y, por qué no, acariciar a los animales alados para probar suerte…
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