La soledad no deseada ya es un problema «muy serio» en Bizkaia
La Diputación activa su primer plan para combatir el aislamiento social, que afecta a aproximadamente el 20% de la población
La soledad no deseada lleva años en ascenso y se ha convertido ya en un problema «muy serio» en Bizkaia. Ese es el diagnóstico de ... la Diputación, que ha presentado la mañana de este martes su primer plan para combatir el aislamiento social. Se ha denominado 'Bizkaisare' y pretende implicar a agentes sociales, a comarcas y a ayuntamientos para combatir una situación sobre la que no existen aún datos concretos en el territorio. Ese va a ser el primer paso de un programa al que se prevé dotar con un presupuesto superior a los 11 millones hasta 2027.
A falta de afinar las cifras mediante un recuento que se ha encargado a la Fundación Matia, el Gobierno foral considera ahora mismo extrapolable a Bizkaia la foto de todo el país: el 20% de la población admite sentirse sola, según los datos aportados ayer mismo por el barómetro del Observatorio nacional de Soledades. «Una barbaridad», ha advertido la diputada de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, la socialista Teresa Laespada. El citado informe aporta otras cifras. Por ejemplo, que 7 de cada 10 personas se han sentido desamparadas alguna vez en su vida y que es un problema que afecta sobre todo a jóvenes, a mayores y a mujeres.
La idea de combatir la soledad no deseada no es nueva. Ni en el mundo ni en Bizkaia. Países como Japón e Inglaterra llevan años desarrollando políticas en este sentido. También comunidades como Cantabria, Andalucía y Castilla y León, y ayuntamientos como Barcelona tienen puesto el foco en esta problemática de un tiempo a esta parte. En el caso del territorio, el PSE ya planteó la posibilidad de crear programas específicos en la campaña electoral de 2019, pero no ha sido hasta la presente legislatura, una vez que el departamento de Laespada ha asumido la competencia, cuando se ha puesto en marcha.
La diputada ha llamado hoy a desterrar la creencia de que el aislamiento es un fenómeno exclusivo de la gente mayor, tal y como reflejan los datos. «Desde la pandemia hay muchos jóvenes que se han desconectado de su entorno y pasa más tiempo en casa vinculada con otras personas a través de internet». También ha querido poner el foco en otro tipo de colectivos que padecen el problema: las personas en riesgo de exclusión social y los inmigrantes. «Hay personas que llegan a Bizkaia sin red de apoyo, o que se pasa la vida cuidando a una persona mayor. Ahí se genera mucha angustia».
«A donde haga falta»
Mientras se determina el número concreto de personas afectadas y sus situaciones particulares, la Diputación se ha fijado como objetivo inicial definir el «marco teórico» que le permita poner marcha su proyecto 'Biskaisare'. Laespada ha empezado a reunirse con una docena de entidades sociales que tienen en marcha «pequeños» programas contra la soledad. De ahí deberían nacer programas «más potentes» para generar «un servicio de acompañamiento» que ayude a «fortalecer las relaciones comunitarias e intergeneracionales». En esa labor se apuesta porque sean las administraciones locales las que generen sus propios planes acorde a sus propias realidades.
Ejemplos de lo que se viene haciendo fuera de Bizkaia hay muchos. En Ponferrada el Ayuntamiento ha puesto en marcha una red de voluntarios que acompañan «a donde haga falta» a una treintena de vecinos de entre 52 y 95 años. El 'Proyecto Faro' cuenta con la colaboración de que algunos establecimientos, entre ellos las farmacias, puedan ayudar a detectar casos de soledad no deseada. En Las Palmas lo que se ha hecho es crear una especie de sanedrín de mayores en el que se les solicita periódicamente opinión sobre la situación de la ciudad, mientras que en Madrid se trabaja desde febrero con la figura del «socorrista» que intenta acercarse a los jóvenes que presenten riesgo de aislamiento. La idea es generar para ellos una serie de eventos presenciales en los que puedan reforzar sus vínculos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión