Los 'sanfaustos' se desatan en Basauri
Las cuadrillas se enfundan sus trajes para disfrutar durante nueve días de fiestas sin parangón
A escasas horas de que los basauritarras se entregaran a su preciado San Fausto, el ambiente en el pueblo ya empezaba a agitarse. Las amamas ultimaban los 'buruzapiak' en la cabeza de sus nietas y las cuadrillas salían de casa con 'gerrikos' ceñidos y porrones dispuestos. El ruido del asfalto, sin embargo, quedaba en un tercer plano camuflado por el tintineo sin tregua de cascabeles en abarcas, escudos y solapas. El pueblo ya estaba teñido de mahón, rojo, verde..., una paleta de colores como si de un lienzo se tratara. Herriko Taldeak ensalzaba la participación del pueblo en cuestión de vestuario. «Salimos toda la gente de fiesta y además se viste de cuadrillas el 70-80%, lo que hace que el pueblo tenga un colorido que no lo encuentras por ahí».
Así se podía comprobar cuando los minutos apretaban en el Consistorio con una marea de almas ávidas de 'sanfaustos'. Entre ellas Maitane Gurrutxaga, que confesaba que lo mejor de las fiestas de Basauri es «la implicación del pueblo, es lo que lo hace únicas. Una semana al año de desconexion, de vivir cada momento, cada comida de cuadrillas, visitar las diferentes lonjas... ese compañerismo y unión lo hacen especial». Recuerda con mucha nostalgia desde pequeña, la bajada en el carro de bueyes con la cuadrilla del Txikerrak o el día del txiki en las barracas que tanta ilusión nos hacía». Fernan Santamaría, conocido como 'Peke' y uno de los fundadores del Ogeta Bat, también disfrutaba de una comida con el resto de la cuadrilla, como si el tiempo se hubiera detenido.
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«Sois el pueblo»
Desde otro plano, en el Ayuntamiento, la vista erizaba la piel. Minutos antes de lanzar el discurso, en recepción se presentaba a los 'Alkates' (alcaldes) txikis', Iñigo y Leire, y se daba un ramo a cada cuadrilla. «Vosotros sois el pueblo», afirmaba el lcalde Asier Iragorri seguido de un sonoro aplauso. Además, se el trikitilari Koldo Etxebarria 'Kurrus' era homenajeado. «Esto es por los que se fueron, los que estamos y los que vendrán», agradecía.
Comenzaban los discursos. El regidor ha animado a salir a la calle y ha recordado «el derecho y la libertad de todas las personas», por ello ha pedido disfrutar con respeto y coherencia». Los 'Alkates txikis' han ensalzado la «pasión transmitida por nuestros abuelos y padres» para amar los 'sanfaustos'. La presidenta de Herriko Taldeak, acompañada por el vicepresidente, Txema Pereda, y el tesorero, Asier Zamacona (nombrado hoy Cofrade de Honor por la cuadrilla Alaiak), ha pedido «respeto, solidaridad y compañerismo».
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La sensación para el pregonero de estar en la balconada delante de tu pueblo para compartir el inicio de las fiestas debe ser indescriptible. Desde luego, para Yeray González, era «un orgullo y un honor». El pregón era el último 'kilómetro' antes de que mañana culmine la aventura que comenzó hace un año. Correr doce maratones en doce meses, el reto que él mismo se puso con el objetivo de visibilizar el síndrome CTNNB1, un trastorno del neurodesarrollo grave que a día de hoy no tiene cura, ni tratamiento específico. De hecho, el pregón estaba dedicado a quienes lo padecen, pequeños como Daniel, Ane, Paula, Alaia, Maialen o Marco y sus familias. «Quiero que sea un altavoz para todas aquellas failias que corren su maratón particular cada día. Hagamos que no se sientan solas y que estamos de su lado -clamaba a la multitud-. Si por algo se caracteriza Basauri es por su solidaridas y por tener las mejores fiestas del mundo».
Sin perder la sonrisa
Todo surgió porque su mujer «tuvo como alumna a una de las dos niñas afectadas de Basauri y por eso decidí hacerlo», explicaba a los basauritarras. El pregonero ha querido dar gracias con mayúscula también «a las familias, por el trato recibido. Padres y madres que no pierden la sonrisa en ningún momento y han dedicado su tiempo para poder conocerme a mí en cada una de las carreras. Conocerlos y compartir esos momentos ha hecho que cada kilómetro de este reto valga muchísimo más de lo que podía imaginar».
Un desafío que también le ha supuesto «momentos duros», como revelaba, por el cansancio, los viajes de vuelta en coche y los entrenamientos con frío y lluvia en soledad y horas lejos de la familia, quizá lo más duro. Confesaba asimismo que «este reto me ha hecho crecer mucho como persona y empatizar con quien más lo necesita».
Y, claro que sí, llegó el momento que todos esperaban: «Gora San Fausto! Gora Basauriko Jaiak!». Comenzaba así la histórica Bajada de cuadrillas al son de fanfarrias, gaiteros y txistularis y, por supuesto, la Eskarabillera, para dar paso a nueve días de unas fiestas sin parangón.