La planta de Zorroza dejará de tratar residuos peligrosos en 2024 para enviarlos a Ortuella
El grupo Agaleus, al que pertenece Sader, mantendrá por ahora en Bilbao su producción de fertilizantes, pero 7.000 camiones dejarán de cruzar el barrio
Sader, la última industria con alto potencial contaminante que queda dentro de la trama urbana de Bilbao, abandonará parcialmente su actividad a finales de 2024, ... según confirmaron ayer sus responsables a este periódico. La compañía dejará de procesar residuos peligrosos en el barrio de Zorroza y este flujo de desechos se enviará a una nueva planta de economía circular que el grupo al que pertenece (Agaleus) habilitará en Ortuella, en el polígono industrial La Barguilla. En la capital vizcaína se quedará por ahora la producción de fertilizantes de Profersa, que es una de las dos líneas de negocio que alberga Agaleus en Zorroza. La empresa muestra también «su voluntad» de salir definitivamente de su ubicación actual, pero recuerda que es una decisión que está en manos del Ayuntamiento. Ambas partes firmaron un acuerdo en 2015, un pacto que no se ha materializado porque el Consistorio todavía tiene pendiente la realización de una serie de cambios urbanísticos en el entorno.
Sader se dedica al tratamiento de desechos industriales potencialmente peligrosos, como lacas, ácidos, aceites o fangos de todo tipo. No se procesan aquí sustancias como amianto o lindane. La empresa cuenta con una Autorización Ambiental Integrada (AAI) y, según el Gobierno vasco, cumple la normativa ambiental. No obstante, su actividad genera molestias entre los vecinos de Zorroza y también en San Ignacio, Zorrozaurre y Elorrieta.
Los vecinos se quejan constantemente de una fábrica que está fuera de ordenación desde 1995, lo que impide su reforma
Las quejas son constantes por el olor y el humo que sale por la chimenea (relacionada con la producción de fertilizantes), así como por el paso de camiones cargados de despojos industriales. Sader neutraliza unas 100.000 toneladas de residuos al año, lo que supone un trasiego de entre 7.000 y 8.000 vehículos. Con el fin de esta actividad, en diciembre de 2024, este tráfico cesará definitivamente. En la actualidad, los camiones que llegan por la autopista, tanto en un sentido como en otro, atraviesan el centro de Zorroza y también, en muchos casos, Cruces y Burtzeña, en Barakaldo. Los vecinos se quejan de que, además de ruido, causan una contaminación importante en el entorno por polvo y los tubos de escape y temen que posibles accidentes puedan causar situaciones comprometidas.
18 millones de inversión
El cese parcial de la actividad de Agaleus en Bilbao no incluye la rama de abonos (empresa Profersa), por lo que el humo seguirá saliendo por su chimenea. Sus responsables aseguran que no son emisiones dañinas para la salud. «Se trata del vapor generado en el proceso de secado para la producción de fertilizantes». Entienden que los vecinos «estén incómodos» y ese es uno de los motivos que les empuja a abandonar el barrio.
La razón del nuevo proyecto de Ortuella es que el tratamiento de residuos en Euskadi necesita afrontar «nuevos retos». Hay que tener en cuenta que, desde el derrumbe del vertedero de Zaldibar en febrero de 2020, hay en marcha un nuevo plan de residuos y se está poniendo el acento en la necesidad de reducir el número de desechos, así como en potenciar su tratamiento. En Ortuella, el grupo Agaleus invertirá 18 millones de euros y realizará 25 nuevas contrataciones.
La planta de Zorroza está fuera de ordenación desde 1995, lo que impide cualquier reforma. De hecho, sus responsables reconocen que la imagen de Sader «no es muy amable». La planta abrió en 1986, pero en esa pastilla ya había industria en 1940. En Ortuella, Agaleus empezará de cero. Toda la maquinaria será nueva. Según sus promotores, habrá una digitalización y un cambio sustancial en los procesos, que hará que la actividad no tenga ninguna emisión a la atmósfera ni poder contaminantes. La nueva sede tendrá un acceso directo por autopista, de nueva construcción, para minimizar los tráficos.
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