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Taller desde donde se realiza la reconstrucción del ballenero.

Así se construye un ballenero del siglo XVI

Albaola, o la Factoría Marítima Vasca de Pasai San Pedro, es un escenario ideal para conocer la relación de nuestros antepasados con el mar

Igor Barcia

Viernes, 19 de junio 2015, 00:22

Hablar de Pasai San Pedro es hacerlo de un lugar siempre ligado al mar. Un pueblo de pescadores, de astilleros, de eternos duelos traileriles con sus vecinos de San Juan... Un escenario muy adecuado para situar allí la Factoría Marítima Vasca, en el edificio donde en su día estuvieron los Astilleros Ascorreta. Hablamos de Albaola, un centro relacionado con el mar y la historia, cuyo objetivo es recuperar y difundir el patrimonio marítimo, trabajando por el reconocimiento de la importancia histórica de la construcción naval vasca y el estrecho vínculo de los vascos con el mar.

Para mayores y jóvenes, se trata de una vuelta al pasado, al estilo de vida de nuestros antepasados, de cómo vivían esa relación tan estrecha con el mar. Los visitantes pueden visitar allí entre otras cosas un taller de los modelistas, el teatro del mar, actividades para los más pequeños y podrán asistir a una demostración de oficios tradicionales. Pero sin duda, el plato fuerte de Albaola es la reconstrucción de la nao San Juan, que se está realizando del mismo modo artesano a como se realizó en 1563 este ballenero que es un ejemplo de los primeros buques de carga transoceánicos que zarpaban del País Vasco hacia Terranova.

En junio de 2013 el proyecto dio su pistoletazo de salida. Los muelles de Ondartxo en Pasaia acogieron desde entonces el proceso de construcción abierto al público. Los bosques de Sakana, en Navarra, se ponían a disposición de Albaola para proporcionar los 200 robles necesarios para la construcción del navío mientras el pueblo burgalés de Quintanar de la Sierra ha aportado el alquitrán de pino imprescindible para preservar la madera y calafatear las juntas. Catorce carpinteros especializados en la reconstrucción de barcos antiguos se afanan desde entonces en dar forma a la nao, apoyados por voluntarios.

El problema es que los retrasos en la construcción impedirán que la réplica se bote en aguas del Cantábrico en 2016, coincidiendo con la Capitalidad Cultural Europea de San Sebastián. Aunque finalmente no llegará a tiempo, desde Albaola se consuelan pensando que su trabajo servirá para mostrar, paso a paso, cómo se construía un barco de ese porte hace cuatro siglos, un trabajo que merece la pena una visita.

Además, para completar nuestro paseo, tenemos dos opciones. Una, cruzar en bote desde San Pedro a San Juán para recorrer este ejemplo de pueblo marinero por excelencia, con sus estrechas callejuelas empedradas y sus vistas. Otro, regresar al centro de San Pedro y desde ahí subir al faro de La Plata. Es el vigilante de la entrada al puerto de Pasajes, y es un escenario espectacular, al final del monte Ulía, que une San Pedro y San Sebastián y que cuenta con caminos sobre el mar que merecen la pena ser recorridos. A partir de la explanada que está situada al pie del faro, se puede bordear la costa tomando varios caminos: uno que va por las cumbres y otro que va por media ladera. Por aquí, se puede llegar hasta la zona de Mendiola o seguir hacia adelante todo el camino y llegar al repetidor de Ulía. Y en las proximidades pueden visitarse las ruinas del fuerte del Amirante, construido durante la tercera guerra carlista.

www.albaola.com/es

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