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Precio de la suscripción 4,95€/mesEl parque de atracciones de Artxanda llevaba años amenazado por la piqueta, pero el pasado otoño arrancó por fin la cuenta atrás para el viejo complejo de ocio, en su momento uno de los más punteros de Europa, que tuvo que cerrar sus puertas el 9 de febrero de 1990 por la falta de visitas. Ayer, la Diputación confirmó que el recinto ferial ya es historia y que sus icónicas pirámides metálicas rojas han dejado de estar a la vista de todos en la cresta de El Vivero, porque no queda «ni rastro» de ellas.
153 días han bastado para acabar con los inmuebles y estructuras que aún quedaban en pie en la parcela del monte Ganguren donde se levantó el parque. Y eso que, inicialmente, los técnicos forales habían calculado que cuatro meses serían suficientes para retirar a mano los residuos presentes en el recinto, como neumáticos, bidones, plásticos o tablones; vaciar los edificios de muebles, sanitarios, puertas, ventanas e instalaciones eléctricas; levantar uno a uno los 5.000 asientos del anfiteatro por el que en su día pasaron artistas como Alaska, Mecano o Miguel Ríos, y ejecutar los derribos. Pero la necesidad de priorizar la seguridad de los operarios que han trabajado en el recinto y las condiciones meteorológicas adversas han alargado el proceso.
En realidad, la seguridad ha marcado todos los pasos dados en los últimos años por la institución foral, que ha gastado 200.000 euros anuales -120.000 en la década de los 90- en el mantenimiento de lo que quedaba de las oficinas, taquillas, casetas de atracciones, cafeterías, servicios y las características pirámides del parque para evitar posibles riesgos. La obra, que ha permitido dejar en cota cero las diez hectáreas que ocupaba el complejo, ha costado 869.599 euros.
Las características pirámides metálicas rojas del parque que eran visibles desde la cresta de El Vivero ya sólo forman parte del recuerdo.
Los operarios contratados por la Diputación han quitado uno a uno los 5.000 asientos instalados en el recinto que acogió las actuaciones de artistas como Alaska, Tequila, Miguel Ríos, Juan Pardo, Gloria Gaynor o el grupo Mecano.
Los edificios que, pese a su avanzado estado de deterioro, aún permanecían en pie en el complejo han dado paso a una vasta explanada sin fosos ni agujeros.