Aprendizaje sensorial en Mercabilbao
Más de 2.500 escolares de Bizkaia participan este curso en más de un centenar de talleres que ofrece el Centro de Distribución Alimentaria
No hay nada mejor para un niño que salir al mundo para conocerlo de primera mano. Desde que nacen, es con los sentidos con los que descubren el entorno. Mercabilbao consolida un año más el éxito de sus talleres sensoriales de alimentación saludable, una iniciativa educativa dirigida a centros escolares de Bizkaia, que se puso en marcha en 2008. En esta edición, se han completado 116 talleres de los 123 que ofrece el Centro de Distribución Alimentaria. Experiencias que despiertan interés entre la comunidad educativa vizcaína.
A lo largo del curso participan 2.500 escolares procedentes de 62 centros educativos, que disfrutan de un recorrido completo por el universo alimentario de Mercabilbao. Esta mañana les ha tocado a veinticinco niños y niñas de quinto de Primaria del centro San Antonio Ikastetxea de Durango, que se han acercado acompañados de sus profesores Koldo e Ixone. «Salir de clase y hacer actividades como ésta les encanta», aseguraba la maestra.
La propuesta combina «aprendizaje, práctica y sensibilización ambiental, con el objetivo de fomentar entre la población infantil una relación directa y sostenible con los alimentos frescos». No se trata de una visita al uso. Los escolares se sumergen en el mercado. Empiezan, tocando la fruta. Con ella construyen una brocheta que acaban engullendo. A Álex le ha encantado la primera experiencia, sobre todo «el melón y el plátano». Xiana aseguraba que ella se decanta por «la manzana», mientras que Elene por «la mandarina».
1 /
Langostas y centollos
A continuación comienza un recorrido por los pabellones de fruta, verdura y pescado. Uno de los momentos más atractivos para los pequeños fue el encuentro con langostas y centollos. A Ibai y Christian les estaba encantando «todo» y lo que más les ha llamado la atención ha sido que «se ponen los plátanos aparte, porque son más sensibles». También que los tomates no crecen bajo el suelo exactamente. «Es una buena manera de enseñarles de dónde viene la fruta, que no va directamente al Eroski. Y también que vean que es un tipo de trabajo que pueden tener en un futuro», observaba Xabi Zunzunegui, guía del taller.
La actividad estrella ha llegado con la limpieza y manipulación del pescado. Vestidos como auténticos pescateros, han quitado el miedo a tocarlos y les ha servido para comprender «la importancia del oficio, el respeto por el producto y la sostenibilidad de los recursos marinos», según los organizadores.
1 /
Una vez han terminado la actividad, ha aterrizado la novedad que han introducido este año. Se trata de «un juego interactivo que refuerza el aprendizaje de forma lúdica, integrando cooperación, tecnología y sostenibilidad», explicaban. A través de una dinámica lúdica y participativa, el alumnado responde preguntas sobre las frutas, el pescado, el mercado y las buenas prácticas sostenibles, reforzando «de manera divertida» los mensajes clave de la actividad. «Esta incorporación convierte el taller en una experiencia aún más completa, integrando aprendizaje y tecnología educativa, con un formato que capta la atención del alumnado y favorece la retención de contenidos», aseguraban.
Las actividades se desarrollan en un aula recientemente renovada, adaptada a los nuevos contenidos pedagógicos y especialmente diseñada para fomentar la reflexión sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). «Veremos si hemos conseguido que calen un poco estos vicios saludables y el no a la comida basura. A ver si comemos bien», ha comentado el director de Mercabilbao, Aitor Argote. Por la experiencia de ver lo que meriendan algunos de sus alumnos universitarios, afirmó que «queda todo por hacer, queda muchísimo». Él apuesta por el consumo del producto que da la tierra, «natural, de cercanía y de temporada. Tienes la naranja, ¿no? Cuando los árboles den zumo, entonces beberemos zumo».