Un programa piloto para evitar la soledad no deseada en Muskiz

En 2029 la mitad de la población de Muskiz tendrá más de 55 años, según los datos obtenidos por el Ayuntamiento minero en la elaboración de su plan estratégico para fomentar el envejecimiento activo, que orienta acciones destinadas a este sector de la población. En ese sentido, se ha puesto en marcha Muskiz Adi, un programa piloto que busca que los mayores de 65 años que viven en barrios alejados del centro urbano generen redes de apoyo con intereses comunes, evitando así la soledad no deseada.

Por su distribución geográfica, Muskiz es un municipio donde gran parte de su oferta cultural y de ocio se ubica en el centro urbano. Por ello, el objetivo de esta iniciativa es que «las personas con algunas dificultades para acercarse a estos recursos puedan participar en comunidad y generar así redes de apoyo con sus vecinos», subraya Saioa Hierro, edil de Tercera Edad.

La iniciativa, enmarcada en el proyecto europeo Transis Lab –un plan transfronterizo de innovación social en longevidad en zonas rurales– y liderado por la dirección de Apoyos para la Vida Plena de Gobierno vasco que cuenta con la financiación al 65% de la Unión Europea, trabajará directamente con los barrios de La Rigada, Pobeña y Kobaron, donde hay más de un centenar de personas mayores de 65 años.

En una primera fase de este proyecto piloto, que cuenta con la colaboración del grupo SSI –Servicios Sociales Integrados–, se ha contactado de manera individual con el público objetivo de estos tres barrios para darles a conocer la iniciativa y sus objetivos. El siguiente paso será realizar «encuentros grupales para conocer qué intereses comunes tienen estas personas y plantear diferentes oportunidades que les permitan relacionarse entre ellas y crear redes de apoyo comunitarias», explica Andere Goirigolzarri, del grupo SSI.

El primer encuentro tendrá lugar el próximo jueves, a las 17.30, en el bar Casa José de Kobaron. Las acciones que se plantearán en estos encuentros se adaptarán a los intereses y necesidades de los propios vecinos. «Txitxarrillos, club de lectura, talleres, clases de ejercicio físico adaptado, paseos, cineforum...», comenta Arantza Burgoa, conectora comunitaria del grupo SSI. En definitiva, actividades que ayudarán a generar vínculos comunitarios para prevenir situaciones como la soledad no deseada.

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