Alertan de un riesgo inminente de pérdida de patrimonio minero
El museo minero de Abanto izará la bandera negra para exigir que se proteja la cuadra-taller Peñusco Mendiola, la única existente en Bizkaia
Diana Martínez
Abanto
Martes, 21 de octubre 2025, 17:54
Parte del legado que dejó la minería en Euskadi, sector que impulsó la riqueza del territorio mayormente en los siglos XVIII, XIX y XX, amenaza con desaparecer. El museo minero de Abanto, ubicado en Gallarta frente a la mina Concha II, el mayor yacimiento a cielo abierto de Bizkaia, lleva dos décadas luchando por proteger la cuadra-taller Peñusco Mendiola. Un edificio histórico que data de finales del siglo XIX y que se encuentra en estado de abandono y ruina. «Es un inmueble bastante reciente, como todos los vinculados a la minería vizcaína. No tiene valores arquitectónicos sobresalientes, pero es el único espacio con función de cuadra-taller vinculado a una mina que queda en el territorio. Además, tiene de particular que está ubicado en colindancia con el museo minero», explica Aitor Uriarte, presidente de la asociación cultural del museo.
Construido por los propietarios de la mina Peñusco Mendiola como edificio auxiliar para la actividad minera, servía inicialmente como lugar de descanso de los caballos que arrastraban las vagonetas. Pero también se utilizaba como taller de reparación de vagonetas y maquinaria, espacio de fragua, almacén e incluso como oficina. «Tuvo distintas épocas de uso hasta 1932, cuando se dejó de explotar mineral de la Peñusco Mendiola. Desde entonces cayó en desuso y ha sobrevivido casi 100 años», apunta Uriarte.
Se trata de un edificio «humilde», construido a base de piedra, tejado de madera y teja, y la argamasa de las paredes está hecha con material que tiene hierro de mineral, «algo característico de las construcciones de esa época». Ponerlo en valor es uno de los principales objetivos del museo minero, que actúa como memoria viva de este pasado que impulsó el desarrollo del territorio.
De hecho, la cuadra-taller cuenta con un informe de la Diputación en el que reconoce su valor, mientras que el Ayuntamiento de Abanto trabaja en incluirla en el catálogo municipal para dotarlo de protección. El edificio, ubicado en suelo público a escasos metros del museo, es propiedad del Gobierno central a través de la empresa Sepides, que reclamó 200.000 euros a cambio del cese. «No estamos dispuestos a pagar nada, estamos haciendo una labor pública de alto interés cultural», subraya Uriarte, quien recuerda que antes del verano el Congreso de diputados instó al Ejecutivo central a ceder al museo este espacio durante 30 años. «Pero no hay manera. Al final se va a perder este patrimonio y será una auténtica pena». Por ello, el museo izará el jueves la bandera negra, como símbolo de «riesgo inminente de pérdida del patrimonio minero».