La enfermería hace cantera en Bilbao
Hace ahora cien años se graduó la primera promoción de 25 Damas auxiliares voluntarias de la Cruz Roja en la capital
A comienzos del siglo XX en España, la atención de los enfermos no recaía en manos de profesionales instruidos, sino en instituciones benéficas privadas y ... mujeres religiosas como las Hijas de la Caridad, las Siervas de María o los Hermanos de San Juan de Dios. Esto impulsó la creación, por parte de la reina Victoria Eugenia y su Sección de Señoras, de un grupo de mujeres de carácter voluntario sociosanitario: el Cuerpo de Damas Enfermeras. Había que formarse dos años, pero había que cumplir unos requisitos previos: ser española, tener más de 17 años y estar asociada a una institución de la Cruz Roja. Mañana hará cien años de la primera promoción de 'Damas auxiliares voluntarias' del hospital Victoria Eugenia de Bilbao, el que todos los bilbaínos conocen aún hoy como Hospital de la Cruz Roja, que antes de su actual ubicación, en Alameda Urquijo 65, inició su andadura primero en Atxuri y después, hasta 1934, en la calle Manuel Allende, gracias a las donaciones de muchos vizcaínos. Contaba con 19 camas para ingresos, un dispensario y un consultorio para personas sin recursos. El equipo diario lo componían ocho enfermeras.
Alta sociedad vizcaína
Las primeras 25 se graduaron en Bilbao el 2 de junio de 1919, pero Damas auxiliares de la Cruz Roja llegaron a ser muchas distinguidas señoras y señoritas de la alta sociedad vizcaína que tenían curiosidad por la máquina humana ademas de un amor ferviente por esta institución. Begoña Goicoechea Gandiaga, de la promoción del 64, y Mercedes Alcalá-Galiano, de la del 63, recuerdan con nostalgia sus años como Damas.
La primera compaginó esta tarea con sus estudios de Medicina, que le llevaron a ser médica de rehabilitación en Basurto hasta jubilarse a los 70 años. La segunda ejerció cinco años como Dama, hasta que se casó. A su lado está Gaizka Herrojo, la cantera. Con 18 años y vocación de enfermero, acaba de finalizar su formación como técnico de Cuidados Auxililares de Enfermería en la Escuela de Formación de la Cruz Roja, situada en la parte trasera de la estación de Abando, y tiene una pregunta para las dos mujeres: «¿Pero en serio no cobraban por su trabajo?».
«Nada, nada, éramos voluntarias. Teníamos un mes de vacaciones al año». «Ahora que se habla tanto de cuidados paliativos, allí los hacíamos», evoca Begoña. «No había interés económico, ibas por ayudar, lo hacías porque te gustaba. Entonces, lo habitual es que fueras mujer casada y vivías de tu marido o soltera y vivías con tus padres», matiza Mercedes. El lunes los tres volverán a coincidir en la entrega de orlas a los estudiantes, chicas y ya también chicos, de la promoción de este año, que se ha hecho coincidir con la entrega de los primeros diplomas de 1919. Damas y caballeros del siglo XXI.
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