Terror en Bilbao: aparecen esqueletos y calaveras por todas partes
Comercios y bares adornan sus instalaciones con huesos de pega. Y, claro, la gente flipa, pero no de miedo, sino de risa. ¿Los que más disfrutan? Los niños, que se parten la caja
Esta es una historia de terror o de risa, según se mire. Todo depende de cómo se lo tome uno. Pero no se asombren si ... yendo de compras o de copas tropiezan uno de estos días con un esqueleto o se dan de bruces con unas bonitas calaveras (si es que hay alguna bonita). Avisados quedan, pero tampoco se preocupen si dan con ellos. Ni ven mal ni es fruto de su imaginación. Haberlos haylos, y en grandes cantidades.
Pero, para tranquilidad suya, son de pega. De un tiempo a esta parte, Bilbao se ha puesto de miedo y se ha llenado de toda clase de huesos y cuerpos. Por lo que salta a la vista (el sentido del olfato en este caso no tiene ninguna incidencia), este tipo de restos son lo último en decoración. Que no corran ningún peligro tampoco significa que estén libres de algún que otro susto, aunque la mayoría de estas figuras provocan el efecto contrario. La gente flipa, pero no de terror, sino de risa. Este interiorismo mortuorio está supervivo y ha entusiasmado a la ciudadanía.
Bares y comercios de todo tipo –lo mismo tiendas de moda que peluquerías, centros de tatuaje y perfumerías– han decorado sus instalaciones con adornos a los que muchos clientes rinden pleitesía y saludan como si fueran humanos. Otros juguetean y pasan el rato con ellos. Solo hay que ver cómo se lo montan los niños. En teoría, los pequeños, los más asustadizos y proclives al griterío, se parten la caja. No solo eso. A algunas dependientas las vuelven locas y cargan de trabajo extra. Que se lo pregunten si no a las encargadas de Yellow Shop, la tienda de Máximo Aguirre con las zapatillas deportivas más desenfadadas de la ciudad.
Locos por 'Samantha'
«Los niños se vuelven locos. Hacen todo por tocar los esqueletos. Si es preciso, hasta se te cuelan en el escaparate», confiesan Leire Roca y Arrosane Maruri. No les pueden perder de vista en ningún momento, aunque ellas también se divierten de lo lindo. Solo hay que verlas pegadas a 'Samantha', un esqueleto hembra al que estos días mantienen recluido en la trastienda. Se pasa las horas muertas entre montañas de cajas de calzado desde que un «mono», aunque por su tamaño más bien parece un orangután, le privó de las mejores vistas e impidió seguir el paso de los transeúntes. A Leire y Arrosane también les mola la calavera que emplean de grapadora. No tiene nombre. Ni falta que hace. Con sus ojos saltones, cara azulada y dentadura asombrosamente amarilla, parece estar todo el día de romería.
La ayuda del 'becario'
Lo de 'El Ayudante' del herbolario MadreHierba, de Henao, es otra cosa. Impone seriedad con su pinta de profesor universitario y sobrio estilo. El tipo aparece impoluto todos los días en el negocio que atiende Mayra Beitia, una experta en fitoterapia, plantas medicinales y aromaterapia científica. Puso el nombre de la tienda en homenaje a su hijo Guzmán, fallecido hace cinco años de leucemia. «Tuvo un trasplante de médula que no superó. Murió con 12 añitos y me llamaba 'madrehierba' porque le daba muchas hierbas». recuerda.
Antes de lanzarse a este mundo, Beitia se dedicaba al mundo del arte. «Muchas veces pregunto cómo y qué le damos a la clientela a 'mi becario'. Entonces me ayuda un poquito», bromea. 'El Ayudante' promociona estos días un complemento alimenticio para obtener un vientre plano que sostiene en sus manos. «Quería poner de promoción este producto y nada más plano que un 'calavero'», ironiza esta licenciada en Bellas Artes. «Pero en el escaparate he tenido de todo. Como no sabía qué poner cada mes, pongo una cosa diferente», aunque con 'El Ayudante' se ha lucido.
Lleva ya cuatro meses echando una mano a la propietaria cuando el resto de personajes no pasan de los 30 días. Ayuda, sin duda, su saludable y «simpático» aspecto, su elegante bata y las gafas con las que se protege de los rayos solares. «Sus vísceras saltan a la vista. La encontré en casa y la pinté un poco. Siempre me han gustado las calaveras. En casa tenía otra –'Alejandro'– y cuando los niños no comían lo que les poníamos les decíamos 'como no comas se lo damos a 'Alejandro', que está muy delgado'».
Fotos con 'Mr. Bones'
Su becario compite en prestancia con 'Mr. Bones', el elegante esqueleto que custodia la entrada de la perfumería y cosmética neoyorquina Kiehl's, fundada en 1851. Se ha convertido en uno de los vecinos más ilustres de Indautxu. Es imposible que pase desapercibido con sus gafas tan 'chic', su estilosa pajarita y el marco, en tonos dorados, que lleva colgado para dar cuenta de quién es. No suelta ni palabra (lógico) pero lo dice todo en el cuadro que luce a modo de medallón. Confiesa que se trata de una réplica «anatómicamente correcta» de un esqueleto humano y advierte que no está hecho de huesos de verdad. Con su sinceridad, 'Mr. Bones' se ha ganado al vecindario. «Todo el mundo se para al verle y se hace fotos con él», explica Bego, una de las dependientas. «También los extranjeros. Muchos le abren la bata de par en par, cuando no le dan un beso o simplemente hablan y le sueltan un 'hola' desde la calle».
Lo que queda después de la muerte
En Scalpers, marca pija hasta decir basta, las imágenes de calaveras, logotipo de la casa, inundan todos los espacios de la tienda. En los felpudos, en la fachada, en las paredes, por el suelo... Tampoco se quedan cortos en Brothers Tattoo Studio, de Bertendona, uno de los lugares más molones en tatuajes de Bilbao. Hay colas para marcarse la piel. De ello se encarga el boliviano Txitxo Sánchez. «Todo lo que puedas ver lo plasmamos en la piel. Ya sea una rosa o un cráneo», explica. Y si no quieres grabártelo, lo ves, porque las calaveras destacan hasta con efectos tridimensionales. Pueblan el negocio del colombiano César Gómez. «Lo único que nos va a quedar después de la muerte es el cráneo y el esqueleto», matiza. «Transmitimos lo que nos gusta, pero el cliente tiene que estar tranquilo y hay gente a la que estos adornos les pueden incomodar. Por eso utilizamos mucha luz para que no resulte tan tétrico», expresa el también colombiano Daniel Velasco.
En Brothers Barber Shop, de Alameda de Urquijo, una de las barberías bilbaínas más 'cool', cuidan todo tipo de cabezas, incluidas las de sus preciadas calaveras. Algunas lucen bien repeinadas y con abundante pelo, otras con prominentes mostacho y con aires muy modernos. «A la gente les encanta verlas, pero, especialmente, a los niños les llaman mucho la atención», detallan Harold Vallejo y Robert Arraiz, artistas en el manejo de las tijeras. Pero no para defenderse 6de estos simpáticos esqueletos.
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