«Quiero ayudar con mi voz y aportar un poco de luz a este sufrimiento»

La soprano duranguesa Vanessa Goikoetxea se despidió ayer de la Semperoper Dresden, donde ha interpretado a Donna Anna en la ópera mozartiana 'Don Giovanni', alejándose de la venganza, el despecho y la frustración de su personaje, para abrir su voz a la solidaridad. El próximo fin de semana ofrecerá, junto a la organista de Begoña, Miriam Cepeda, dos conciertos solidarios a favor de Ucrania. El sábado 19 estarán en la Basílica de Begoña a las 20.00 horas y al día siguiente en la de Santa María de Durango a las seis de la tarde.

– ¿Cómo surge la iniciativa?

– El conflicto entre Rusia y Ucrania empezó cuando yo estaba ya en Dresden. Ves las noticias, las imágenes y ves lo afortunada que uno es. Que horrible es tener que escapar o no saber si mañana vas a estar muerto. Con esa idea en la cabeza y mi convencimiento de que el mundo de la cultura siempre debe apoyar la paz, quise aportar mi granito de arena. Solo pretendo que alguien tenga una manta para taparse o que un niño tenga un vaso de leche para calentarse.

– En 'Don Giovanni' ha tenido la oportunidad de trabajar con el barítono ucraniano Iurii Samoilov, que ha reemplazado en dos ocasiones a Peter Mattei en el papel principal.

– Sí. Todos entendimos su desasosiego. Samoilov agradecía seguir cantando, aunque admitía que su mente estaba con su familia en Ucrania.

– ¿Cómo se percibe este conflicto en Dresden, la ciudad alemana más bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial?

– La gente está preocupada. A pesar de haber transcurrido 77 años desde aquel terrible ataque, la ciudad sigue resurgiendo, evolucionado. El nerviosismo se respira dentro de la tranquilidad de estar en un país que de momento no está en guerra, porque no sabemos cómo va a derivar toda esta locura que estamos viviendo.

– Esa cercanía con Polonia y Ucrania, da otra perspectiva.

– Se ve el conflicto más cercano. La gente quiere paz. Cada día se manifiestan frente a la icónica iglesia Frauenkirche que fue totalmente destruida por el bombardeo. Pero al margen de eso, no sé exactamente qué se está haciendo en Alemania. Tengo más contacto con Durango. Desde mi pueblo recibo mensajes con la movilización que se está llevando a cabo para recoger material de ayuda humanitaria. Siempre digo que Durango es muy solidario y yo quiero ayudar con mi voz y aportar un poco de luz y amor a este sufrimiento sin sentido.

– No es el primer concierto solidario que organiza en Durango.

–Hace siete años organicé uno para ayudar a los damnificados por el terremoto de Nepal. La respuesta fue increíble.

– Esta vez la cita será en Durango y Bilbao.

– Pensé en la basílica de Santa María de Durango porque siempre que he cantado ahí la gente ha respondido muy bien y siento que mi pueblo me quiere. Llamé a mi amiga Miriam Cepda, organista en la basílica de Begoña de Bilbao, y se entusiasmó con la idea. Empezamos a confeccionarlo y lo cuadramos el 19 y 20 de marzo.

– ¿Cómo plantea el concierto?

– Se dividirá en dos partes. Una más religiosa con obras Schubert o Caccini…, otra protagonizada por arias de ópera. Un concierto muy bonito en el que habrá sorpresas que espero emocionen y responda.

– ¿A dónde irán destinadas las donaciones?

– Aunque la entrada será gratuita, se recogerán las aportaciones que cada uno estime o pueda. La recaudación se destinará a Cáritas y Save The Children.

– ¿Qué mensaje le gustaría transmitir?

– El mundo necesita amor y música para tener luz. Nunca pensé que se daría este paso y que se llegara a tal sufrimiento. Espero que esto acabe enseguida y haya paz.

– ¿Qué planes siguen en su agenda?

– En julio debuto en el Teatro Real de Madrid con la ópera Hadrian de Rufus Wainwright. Una ó–pera contemporánea, que se estrenó en Canadá en 2018. Me hace mucha ilusión porque me escogió personalmente para interpretar a Sabina, la mujer de Adriano. La ópera también se interpretará en el Festival de Peralada ese mismo mes.

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