La Diputación crea una área específica para abordar la longevidad y la crisis demográfica
Sitúa el asunto como uno de los principales retos del territorio y nombra un nuevo alto cargo para dirigir los planes que se desarrollen desde ahora
La Diputación actualiza su organigrama. Con el inicio del nuevo curso ha puesto en marcha una nueva dirección dentro del Departamento de Acción Social que ... dirige Amaia Antxustegi. A las áreas tradicionales de Promoción de la Autonomía Personal –dependencia y cuestiones relacionadas con las residencias– y de Promoción Social –ayuda a la inclusión y el bienestar de colectivos vulnerables– suma ahora la de Longevidad y Reto Demográfico.
Por primera vez en la historia la administración foral ha formado un equipo que se dedicará en exclusiva a dos cuestiones que de un tiempo a esta parte han sido señaladas como retos principales del territorio: la sociedad vizcaína envejece a un ritmo superior a la media europea y la tasa de nacimientos lleva más de una década desplomándose. Principalmente son los inmigrantes los que ayudan a maquillar un poco los datos y tiran del carro de la natalidad.
La creación de una nueva área ha supuesto también el nombramiento de un nuevo alto cargo foral. En agosto el Consejo de Gobierno nombró directora general de Longevidad y Reto Demográfico a Naiara Artaza. Desde 2021 era asesora de la diputada general y directora del Nagusi Intelligence Center, espacio situado en Urduliz que estudia desde entonces cuestiones como el envejecimiento activo y los cuidados de larga duración vinculados a los años de más que vivimos. En Bizkaia la esperanza de vida ha pasado en las últimas cuatro décadas de 72,5 años a 84,4.
Naiara Artaza, responsable hasta ahora del Nagusi Intelligence Center, ha sido nombrada nueva directora foral
Más años activos
Hay muchos más datos que confirman la nueva realidad. La edad media de los habitantes del territorio (46,7) supera en dos años el promedio europeo y las personas de más de 50 suponen ya la mitad de la población cuando hace cuatro décadas eran una cuarta parte. La crisis de nacimientos y el aumento de la esperanza de vida son una mezcla cuyos efectos empiezan a notarse con fuerza.
Una de esas consecuencias es la necesidad de cambiar el modelo público de cuidados para mayores porque es en los últimos diez cuando aparecen las «limitaciones» graves y la necesidad de ayuda.A cambio, en Bizkaia cada vez hay un mayor número de personas jubiladas que han abandonado la vida activa, pero sin embargo disponen aún de una larga época en la que pueden aportar en diversos aspectos vitales. Otro fenómeno a enfrentar es el de la soledad no deseada, que afecta a colectivos de todas las edades pero, principalmente, a mayores sin redes de apoyo en el entorno.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión