«Es difícil asimilar que la 'banda del Kay' esté en libertad»
Hosteleros y estanqueros ya cuestionaron la decisión de la jueza de no encarcelar a los cinco sospechosos al entender que no existe «riesgo de destrucción de pruebas» ni de fuga
A los estanqueros y hosteleros, algunos de ellos víctimas de 'la banda del Kay' a la que la Ertzaintza imputa 80 robos en comercios y ... empresas, les cuesta «entender» que los cinco detenidos hayan sido puestos en libertad provisional por orden judicial. Según el auto dictado por una jueza de Balmaseda hace un par de meses y al quetuvo acceso este periódico, «la prisión provisional sólo se puede decretar cuando no existan otros medios menos gravosos».
A su juicio, «aunque las conductas y las penas a imponer tienen cierta relevancia, las diligencias de investigación están prácticamente finalizadas, por lo que no se considera que exista riesgo de destrucción de pruebas ni de eludir la acción de la justicia, dado el cierto arraigo» con que cuentan los arrestados. Se trata de cinco individuos de entre 28 y 46 años, todos ellos con antecedentes policiales por robos con fuerza y violencia, delitos contra la seguridad vial, atentado contra la autoridad y violencia de género, que suman otras 114 detenciones anteriores.
El Ministerio Público solicitaba la prisión preventiva para los cinco arrestados, a los que se acusa de haber cometido 80 robos en estancos, bares, gasolineras y empresas, además de la sustracción de 35 vehículos que utilizaban para las fugas y como arietes. La magistrada opta por decretar la libertad provisional, sin fianza, y con la obligación de que se personen en el juzgado los días 1 y 15 de cada más, y siempre que sean requeridos para ello.
«El sentido común dice que esto no puede ser», dice el gerente de la asociación de hostelería
«Lo peor es el disgusto»
«Es muy difícil asimilar que una persona que ha cometido tal número de delitos, sean más o menos graves, que es discutible, aunque sólo sea por el volumen, queden en libertad provisional y no se les interne en un centro», opina «como ciudadano» Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de hostelería de Bizkaia. Como abogado de formación, no entra «en la valoración jurídica», pero «el sentido común dice que esto no puede ser».
En su opinión, «si las normas amparan que este tipo de delincuentes puedan estar en la calle, entonces la sociedad debería reflexionar sobre qué tenemos que cambiar». Como representante del sector de la hostelería –un gremio contra el que la banda se ha empleado con saña mediante asaltos y destrozos de máquinas registradoras y tragaperras–, Sánchez opina que el hecho de que «se vaya deteniendo a quien se dedica a disfrutar de lo ajeno son buenas noticias». «Cuanta más gente de esta calaña quede fuera de la circulación, mejor», piensa.
Por su parte, para el presidente de la Asociación de estanqueros de Bizkaia, Miguel Ángel Martínez, «que pongan en la calle a delincuentes no es plato de gusto para nadie». «Llevamos sufriendo robos muchos años. El tabaco es un género muy 'vendible'», explica. De hecho, se trata de uno de los colectivos comerciales más afectados por los robos y en los últimos años han sustituido a las joyerías como principal objetivo de los ladrones. Los asaltos a estancos en los que los asaltantes fuerzan la puerta con mazas, cizallas u otras herramientas para llevarse todo el tabaco con el fin de revenderlo en el mercado clandestino están a la orden del día.
Los afectados sufren no sólo la pérdida de una mercancía que tienen que reponer, sino también destrozos y el miedo a que se repita. «El problema económico se puede solucionar gracias a los seguros, pero te rompen persianas, te hacen butrones o alunizajes... Y lo peor es el susto y el disgusto», advierte el portavoz de los estanqueros.
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