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El día que a Ainhoa Jungitu le diagnosticaron esclerosis múltiple todo cambió, sintió «miedo, mucho miedo», pero tenía claro que su familia y sus amigas ... estarían con ella, que la arroparían: «El apoyo de mis familiares y de mis amigas ha sido fundamental, me he visto que estoy bien y que puedo hacer vida normal». Hoy, lejos de la incertidumbre inicial, la vizcaína ha encontrado en esta experiencia una oportunidad para valorar más intensamente el presente. «No sé qué pasará mañana, así que si hoy puedo hacer algo, lo haré. Doy gracias a la vida por haberme puesto este bache».
La esclerosis múltiple es una afección neurológica crónica y compleja, que afecta de manera distinta a cada persona. «Mi cuerpo ataca a mi propio cuerpo, ciertos mensajes no me llegan al cerebro, entonces tengo X brotes», describe de una manera «poco profesional». Es conocida como «la enfermedad de las mil caras» porque a cada persona le afecta de una manera diferente, es impredecible, «puede que yo tenga un banorte, que tenga tres, o no tenga ninguno más, es una incertidumbre constante», cuenta.
Con el tiempo, la joven ha aprendido a convivir con esa condición, informándose y compartiendo su experiencia. Su deseo ahora es ser un apoyo no solo para quienes la padecen, sino también para sus familiares. «A veces se está pendiente del enfermo, pero se deja un poco de lado a la familia y para ellos es una angustia no saber lo que nos va a pasar», explica Ainhoa. El proyecto ha sido la forma en la que «he afrontado la enfermedad, de remontar el vuelo». «Queremos ser referentes, poder ayudar y demostrar que la vida sigue», sentencia.
Fruto de esa voluntad de visibilizar y acompañar, nace 'Eskerrak Ahulak Garen', un proyecto que Jungitu creó junto a sus inseparables amigas Miren Urkiza y Naroa Martín, a quienes conoció estudiando Magisterio en la universidad. La idea surgió durante un viaje a Tarragona, Naroa y Ainhoa sacaron la idea y se la contaron a Miren «que es otra animada», narra una de ellas.
Desde ahí le han ido dando forma y están muy contentas con la acogida que ha tenido el proyecto: «Ha habido un boom muy grande, que nos hace mucha ilusión y estamos muy agradecidas, comenzamos con una cuenta de Instagram para darnos a conocer y ahora vemos nuestras camisetas por la calle», cuenta Martín ilusionada.
El nombre del proyecto, que en euskera significa menos mal que somos débiles, «nos gustó mucho por la ironía que tiene», explican. Sienten que sirve como espejo de que «menos mal que somos débiles y mira todo lo que estamos haciendo, lo que estamos consiguiendo y todo lo que queremos conseguir».
Además, el logo fue creado por otra amiga, Izaskun, una «artistaza», según ellas. El girasol, por ejemplo, es parte de la cultura vasca y significa protección y como «somos de aquí queríamos tener algo nuestro». Los lazos son naranjas porque es el color de la esclerosis múltiple.
El objetivo principal de este proyecto es visibilizar la esclerosis múltiple que padece la orduñesa. Es una enfermedad que «no es muy conocida», describe Naroa, «cuando te lo dicen puede sonar muy grande, pero queremos acercarla a la gente y que conozcan en este caso a Ainhoa». Además sienten que son un apoyo para otras personas que «nos preguntan, se nos acercan y nos animan a seguir, nos dicen que se sienten seguros y que les estamos ayudando y a sus familias también», cuenta Miren.
Otro de los objetivos principales es la recaudación del dinero «todo lo que consigamos con la venta del merchandising es para donarlo a la investigación de la esclerosis múltiple», explica Urkiza. Aunque también, una pequeña parte la destinarán para seguir con el proyecto que «cada vez es más grande y hay que costearlo».
Actualmente, a través de su Instagram, están vendiendo con su logo camisetas blancas de algodón, sudaderas grises, tote bags azules y camisetas de deporte «consideramos que el deporte es muy importante, somos personas deportistas y queremos acercar el deporte a la gente, queremos hacer una apuesta con ello».
El 29 de mayo dieron un paso más. Presentaron su proyecto en la Plaza de Orduña, de donde es Jungitu. Tenían como propósito que la gente de la localidad les pusiera cara y las conociese ya que todo lo que hacen de momento es a través del instagram. Tienen pensado «realizar futuros actos en otras localidades como Bilbao», cuenta Miren. Esta fecha no estaba elegida al azar, lo tenían todo pensado. Hoy 30 de mayo es el día mundial de la esclerosis múltiple y al ser viernes pensaron que era mejor trasladarlo al jueves para que más personas se acercaran a la presentación.
La jóven de 27 años solo espera que dentro de unos años «esté dónde quiera estar», cumplir sueños, objetivos, seguir rodeada de gente maravillosa, seguir con tanta energía y «con tantas ganas de seguir haciendo cosas como ahora».
Jungitu siente que tiene mucha suerte, a pesar del golpe que le ha dado la vida, «tengo a las mejores amigas que puedo tener, tengo a Naroa y Miren que para mí son mis dos pilares fundamentales, mi familia es maravillosa, mi pareja también lo es, me siguen en cada locura, me siento muy agradecida».
Con proyectos como el suyo, Ainhoa demuestra que la vulnerabilidad no es debilidad, sino una puerta a la empatía, la acción y el cambio.
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