Un paquete sospechoso obliga a desalojar el Guggenheim y retrasa 3 horas su apertura

El recinto fue evacuado «sin ningún tipo de incidente», según testigos presenciales. En total, unos 70 empleados de los departamentos de seguridad, atención al visitante, tienda, mantenimiento y limpieza. Además, también fueron evacuados los trabajadores del Bistró y del restaurante Nerua.

La Ertzaintza recibió el aviso desde el Guggenheim antes de las 10.00 horas. Hasta el museo desplazó varias patrullas de Seguridad Ciudadana, que en pocos minutos vaciaron la explanada de 'Puppy', en ese momento llena de visitantes que esperaban la apertura del centro. Además, los agentes también evacuaron, junto a efectivos de la Policía Municipal, la zona del muelle de la Campa de los Ingleses que rodea la pinacoteca y cortaron al tráfico tanto la calle Mazarredo -entre el puente de la Salve hasta la plaza Euskadi- como la avenida Abandoibarra, por la zona baja del complejo. Asimismo, se ordenó la paralización del tránsito del tranvía entre La Casilla y Pío Baroja.

Impresionaba ver los alrededores del museo sin peatones y el gran cordón policial con decenas de agentes y patrullas repartidos a lo largo del perímetro. Y sorprendía, al mismo tiempo, los turistas que, ajenos a lo que ocurría en el interior, se hacían selfies con el museo de fondo desafiando las indicaciones de los policías. En todo momento, los ertzainas avisaban -en castellano e inglés- a los turistas que preguntaban de que «había habido una emergencia» y que el museo abriría sus puertas «en cuanto no hubiera peligro». En ningún caso hablaban de paquetes sospechosos ni nada que hiciera cundir el temor. «Mientras finaliza la emergencia, puede acudir al Bellas Artes, que es uno de los mejores museos del Estado», le indicó uno de los agentes a una turista.

En la explanada comenzaron a agruparse diferentes vehículos policiales pertenecientes a las unidades de artificieros y canina, cuyos especialistas accedieron al interior del museo para aclarar si simplemente era un bulto olvidado el día anterior y que nadie había visto o un explosivo. Dos horas y media después, pasadas las 12.30 horas, la Policía autonómica confirmó que no se trataba de nada peligroso y levantó el perímetro de seguridad. Diez minutos después se abrieron las puertas del museo y de inmediato se formaron colas para acceder al interior. Se esperaban 4.000 visitantes.

La última vez que el Guggenheim tuvo que ser desalojado por una falsa alarma fue en octubre de 2021, cuando se detectaron dos paquetes sospechosos que habían llegado por correo.