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Montella, entrenador del AC Milan, da instrucciones a sus jugadores.
La cuestión milanesa

La cuestión milanesa

El AC Milan apunta mejores maneras que el Inter para salir de la profunda crisis que atraviesan los dos clubes de la capital lombarda

Jon Agiriano

Sábado, 5 de noviembre 2016, 01:50

Se ha escrito mucho sobre la crisis de los dos grandes clubes de Milán, que llevan más de un lustro penando como almas extraviadas. El desplome de ambos ha sido tan estruendoso que la mayoría de los milaneses, ya sean rossoneris o nerazzurris lo comprobé durante mi última vista a la ciudad, el pasado mes de junio, cambiaban de conversación con mucha sutileza cuando les preguntabas qué había pasado para que dos clubes que suman diez Copas de Europa (7 el AC Milan y 3 el Inter, la última hace apenas seis años) se hubieran hundido de esa forma en la mediocridad más absoluta. Se les notaba un poco agotados, como si su indignación visceral de forofos hubiera ido decantándose lentamente hacia un cansancio muy profundo.

En aquellos días lombardos, pese a todo, capté una importante diferencia de matiz en el estado de ánimo de las dos aficiones que me convenció de que, si en alguno de mis paseos por el barrio de Navigli veía a un hincha tirarse a los canales con una piedra al cuello, con toda seguridad sería un milanista. Y es que, al final y al cabo, el Inter había quedado cuarto, a años-luz de los tres primeros pero cuarto, y se había clasificado para la Europa League, mientras que el Milan no había podido pasar del séptimo puesto y se había dejado arrebatar la plaza europea por el modesto Sassuolo.

Casi seis meses después, la situación se ha invertido. El Milan parece haber visto la luz al final del túnel. Es tercero y vive su mejor racha en años de la mano de Montella, que ha apostado por la juventud, por un proyecto de futuro. Un sólo dato. El equipo rossonero está a cinco puntos del líder (Juventus), a uno del segundo (Roma) y lleva dos de ventaja al Napolés, que la pasada campaña le sacó 23 de diferencia. El Inter, en cambio, ha vuelto en caer en barrena para desesperación de sus hinchas y de su propietario, el magnate indonesio Erick Thohir, al que uno imagina maldiciendo cada mañana el día aciago en que se le ocurrió comprar el club a la familia Moratti.

Los interistas son duodécimos en la seria A y su regreso a Europa no pudo tener un comienzo más calamitoso con sus derrotas en San Siro ante el Hapoel Beer Sheva (0-2) y en Praga ante el Sparta (3-1). Su entrenador, Frank de Boer, fue fulminado la semana pasada de un cargo que, durante la pretemporada, ocupó Roberto Mancini. Stefano Pioli, exentrenador del Lazio, suena como posible sustituto. Y también Marcelo Bielsa, por supuesto, que no falta nunca en las listas de futuribles de los grandes clubes necesitados de una revolución.

No sé qué ocurrirá en los próximos meses, pero me da la impresión de que el Milan irá poco a poco rehaciéndose y de que al Inter le costará mucho más. Y es que, en el fondo, sigue siendo el 'pupas' de siempre. Hay cosas que no cambian. Que conste que no me gustaría que esto ocurriese debo confesar que tengo un amigo interista que sería capaz de fundar en Bilbao la peña Bergomi si no tuviera una jornada laboral tan extenuante, pero me temo lo peor. No me extrañaría que los milanistas vuelvan pronto a la carga con su famoso chiste de Gatusso. Así lo contaba Enric González en sus 'Historias del Calcio'. «Gatusso apuesta con Ancelotti y sus compañeros que él solo se basta para ganar a todo el Inter. La plantilla del Milan se va de vacaciones durante el derbi y no puede ver el encuentro, por lo que llaman a Gatusso y le preguntan cómo ha ido. Gatusso, irritadísimo, responde que ha empatado a uno. '¿Y por qué estás enfadado?', le pregunta Maldini. 'Un empate, uno contra once, es grandioso'. 'No responde Gatusso, si el resultado no es malo, lo que me molesta es que me hayan expulsado por protestar a mitad de la primera parte'.

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