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La Ertzaintza investiga a un entrenador de las categorías inferiores del Pauldarrak, un equipo de fútbol femenino de Barakaldo, por supuestos abusos sexuales cometidos contra al menos cuatro futbolistas de entre 14 y 16 años, según ha podido saber EL CORREO. Las pesquisas han arrancado ... a raíz de las denuncias presentadas por las familias de las menores durante los últimos días en la comisaría de la Policía vasca.
Fue la propia entidad deportiva la que el pasado jueves «por obligación ética y legal» animó a las niñas a contar lo ocurrido a sus padres, según recalcan desde el club. Les instaron a denunciar después de que unas jugadoras de los equipos de edades superiores les alertasen de lo que estaban diciendo sus compañeras de menor edad. De forma paralela, el técnico investigado, que llevaba años trabajando en el club, ha sido apartado hasta que se sustancie la investigación judicial. Las fuentes consultadas no descartan que el número de denuncias pueda ampliarse en los próximos días. La directiva se ha personado también ante la Ertzaintza para dar a conocer todos los hechos.
Las menores juegan en uno de los equipos de las categorías inferiores del Pauldarrak, una entidad de renombre en el fútbol femenino. Por este conjunto han pasado algunas de las mejores futbolistas vascas. Las niñas contaron lo que les estaba pasando a unas amigas que juegan en una categoría superior. Según los mismos medios, relataron que el entrenador les habría realizado tocamientos y les habría lanzado comentarios inapropiados de contenido sexual. Una de las denuncias también detalla otro tipo de supuestos ataques sexuales.
Tras escuchar el testimonio de sus compañeras, las más mayores acudieron a otro de los entrenadores, que además es el delegado de protección a la infancia de la entidad. Se trata de una figura que todos los clubes están obligados a tener por ley desde 2021 para «garantizar la defensa» de los niños que participan en actividades deportivas, tanto en el día a día como durante las competiciones. Su misión, en otras palabras, es tratar de garantizar que el deporte sea un «espacio seguro» para los más pequeños.
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en la entidad deportiva. El acusado es un entrenador con una amplia experiencia en el fútbol base de Barakaldo y lleva más de una década ligado al Pauldarrak. De hecho, en 2015 ya se hablaba de él como un técnico «con amplia experiencia». Desde el club reconocen que nunca habían pensado que podría cometer este tipo de supuestos abusos.
El delegado de protección de los menores se reunió ese mismo jueves con las niñas afectadas. Les escuchó y les dijo que debían contar a sus familias lo que había ocurrido. Según explican las mismas fuentes, de forma paralela se activó el protocolo previsto para este tipo de casos y el pasado viernes se apartó al entrenador de la entidad.
Las cuatro familias afectadas presentaron el domingo ante la Ertzaintza una denuncia conjunta contra el técnico. El Pauldarrak, que ayer se reunió con toda la plantilla del entrenador bajo sospecha, se ha sumado a esa denuncia y ha aportado un informe en el que detalla lo ocurrido y los pasos que ha dado. Este viernes han declarado en sede judicial el investigado, las víctimas y representantes del club. Será entonces cuando se dictamine si se impone algún tipo de medida sobre el acusado.
El caso del Pauldarrak de Barakaldo es el último conocido de supuestos abusos sexuales cometidos contra menores en entidades deportivas de Euskadi. Dos de los casos más sonados fueron los que se registraron en Basauri y en Gernika. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) condenó a un entrenador de fútbol de Basauri por un delito continuado de abuso sexual sobre un menor entre 2014 y 2018, cuando la víctima tenía entre 9 y 12 años. Además le impuso una inhabilitación especial de nueve años para el ejercicio de cualquier profesión que conlleve el contacto regular y directo con menores.
Hace unos meses también salieron a la luz los abusos sexuales presuntamente cometidos por el responsable deportivo del Lointek Gernika, Mario López, a una jugadora hace dos décadas. La deportista tenía entonces 13 años y él -18 años mayor- era su entrenador. Un día después de que estallase el escándalo en los medios de comunicación, la entidad deportiva emitió un comunicado por el que confirmó el despido del acusado y pidió «perdón» por la gestión del caso.
En los últimos meses se han producido otras denuncias de corte similar. El pasado febrero un entrenador de un equipo de balonmano de Llodio fue expulsado del club por presuntamente dar «un cachetazo en las nalgas a una menor de edad sin el consentimiento de ella». La familia denunció y la Federación Alavesa de Balonmano también le retiró la licencia para arbitrar, labor que estaba desarrollando en ese preciso instante.
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