Comienza la restauración del mural del Casco Viejo vandalizado con grafitis
Los trabajos para borrar las pintadas, que aparecieron a finales de junio en su parte inferior, se prolongarán durante dos o tres semanas
El Ayuntamiento de Bilbao ha iniciado este martes los trabajos de restauración del mural vandalizado del Casco Viejo, obra de Juan Zarate Ibargoitia, ubicado en una pared del cantón Julián Echevarría 'Camarón', junto a la calle Carnicería Vieja. Los trabajos para borrar los grafitis, que aparecieron a finales de junio en su parte inferior, se prolongarán durante dos o tres semanas.
El estado de la obra ha sido evaluado recientemente por un equipo de especialistas en técnicas de restauración y supervisado por técnicos y responsables municipales, quienes han determinado asimismo las posibilidades de intervención en la misma, ha informado el Ayuntamiento en una nota. Así, y una vez conocidas las alternativas de tratamiento y dado el valor e interés artístico del mural, el Consistorio de la capital vizcaína ha decidido intervenir en su recuperación.
Los restauradores centrarán sus esfuerzos en la limpieza de los grafitis, que en algunas zonas ocultan por completo el color original del mural con el objetivo de que vuelva a emerger a la superficie la pintura original que lleva al aire libre desde hace más que 30 años. Además, se repararán los desconchones, presentes fundamentalmente en la esquina superior derecha, para finalmente aplicar una protección a base de un barniz anti-pintadas de cara a su futura conservación.
No es la primera vez que esta obra, del artista y escenógrafo bilbaíno tiene que ser restaurada por actos incívicos. En otras ocasiones «fue posible repararlo por los servicios de limpieza municipales», explicaban fuentes del Ayuntamiento de Bilbao, pero el grafiti de junio era más complicado de eliminar. Junto al mural, aparecieron mensajes recriminando la acción del grafitero.
Pintado en 1994, el mural de Zarate, fallecido en 2002, representa una colorista y enigmática escena medieval con un dragón, un castillo, un duelo de caballero, una mujer dirigiendo unas marionetas y un guardia civil, entre otros curiosos elementos. Lo cierto es que la obra nació en la pared como un regalo en honor del nacimiento de Irati, la hija de Toñi, una comerciante que regentaba la hoy desaparecida tienda Ganbara, que vendía artesanía en cuero y se ubicaba precisamente junto a la pintura. En la pintura se puede ver que la pequeña aparece portada por una cigüeña, con el mensaje 'Ongi etorri Irati'.