La Casa Chopera desiste de traer a José Tomás a Bilbao y San Sebastián

La posible vuelta de José Tomás a San Sebastián había caído como una bomba, tanto entre la afición como entre los rectores de Bilbao, que esperaban un gesto del diestro madrileño. Tras torear hace tres años en Illumbe y asegurarse el cobro de casi un millón de euros, se habría comprometido a hacerlo en Vista Alegre la siguiente vez que actuase en el País Vasco. Tanto los gestores, asociados desde 2017 con el empresario multimillonario mexicano Alberto Ballières González, como el propio matador priorizaron la alternativa donostiarra en detrimento de la bilbaína. Tomás actuó por última vez en Bilbao en 2000, coincidiendo con el 700 aniversario de la fundación de la villa.

Valoraron «la cercanía» de la afición francesa y el veto del diestro a la presencia de las cámaras de televisión en los ruedos. Los empresarios se frotaron las manos por cerrar un negocio redondo, ya que la presencia de Tomás obligaba al pago del abono total de las cuatro corridas.

Sin embargo, el hartazgo del publicó bilbaíno, unido al malestar reinante también en la Santa y Real Casa de Misericordia, propietaria de la mitad de Vista Alegre, ha obligado a algunos dirigentes a mover ficha. La Casa Chopera, a quien el Ayuntamiento de Bilbao prorrogó un año más la explotación de la plaza, tampoco ha pasado por alto que antes de octubre el Gabinete de Juan Mari Aburto deberá pronunciarse sobre la compañía que regirá los destinos del coso durante los próximo 15 años.

La licitación del pliego de condiciones de arrendamiento ha llevado a cuatro empresas, tres españolas y una francesa, a impugnarlo al juzgar «ilegal» los requisitos técnicos planteados por el Consistorio. En medio de esta polémica, el Ayuntamiento cerró el pasado viernes la composición de unos carteles que presentará, con toda seguridad, a lo largo de la próxima semana.