Un bidegorri malo pero con posibilidades

El bidegorri tiene poco más de tres kilómetros pero resulta una prolongación lógica a la infraestructura que vertebra la Margen Izquierda y la Zona Minera y que parte de Barakaldo y desemboca en la playa de La Arena, tras pasar por Sestao, Portugalete, Trapagaran, Ortuella, Abanto y el barrio Kardeo de Zierbena.

En su día se presentó un proyecto para expropiar unos terrenos de la refinería y hacer un bidegorri ancho y lo suficientemente bien segregado del tráfico convencional. Pero aquel plan inicial no se cumplió (posiblemente por dificultades administrativas) y en su lugar se ejecutó una senda ciclable que resulta muy estrecha y peligrosa, y que está separada de los coches por unas pequeñas losas de homigón y unos bolardos de plástico verde.

Las probabilidades de colisión con un ciclista que venga en sentido contrario son elevadas si uno no presta atención a la conducción. En algunos puntos, la calzada apenas tiene dos metros aprovechables, ya que la vegetación que la rodea se adentra de manera invasiva en el camino rojo.

Si nos dirigimos a Muskiz, el bidegorri parte de una rotonda cercana a la playa de La Arena. Tiene un 'pinchazo' con el carril-bici que lleva a Barakaldo junto a la base del monte conocido como el Peñón (la discreta cima que sucede al Montaño) así que podemos ir directos desde Muskiz hasta la capital administrativa de la Margen Izquierda. Eso también es un apunte positivo.

El bidegorri no tiene mayor secreto. Discurre en paralelo a la refinería de Petronor. Y lo hace tan cerca que, en ocasiones, el vapor de agua que sale de los tanques de refrigeración cae sobre los ciclistas. A mano derecha queda el coqueto barrio de San Julián y también el bonito río Barbadun. A mano izquierda, en ocasiones, suele haber coches mal aparcados, otro aspecto que deberían vigilar con más celo las autoridades. El recorrido acaba en la misma entrada a la refinería, junto al puente que conduce al polideportivo municipal.

Después podríamos seguir hasta la estación de tren. Este es un aspecto también interesante ya que nos permitiría ir a la playa en verano, sin agobios, combinando dos medios de transporte muy ecológicos para nuestros desplazamientos: el ferrocarril y la bicicleta. Falta publicitar más esta posibilidad, ya que es un paseo llano y apto para todas las edades y condiciones físicas (apenas 8 kilómetros, entre ida y vuelta).

Otra opción interesante que se podría estudiar sería la de conectar este bidegorri con el barrio de Santelices, ubicado en la salida de Muskiz, en dirección a Sopuerta. Invertir aquí nos daría la posibilidad de conectar con la vía verde de Galdames a través de la subida al barrio de Borja (por La Asturiana), una zona que suele estar muy frecuentada por grupos de ciclistas.