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Adiós al ingeniero Javier Rui Wamba

Nacido en Gernika, con proyectos en tres continentes, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de Ingeniería

Juan Ignacio Intxausti Sagasti

Lunes, 29 de septiembre 2025, 11:03

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El 1 de octubre, los Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid y Cataluña, recordarán, en acto conjunto, a Javier Rui Wamba Martija, Premio Nacional de Ingeniería.

En filología, ingeniero deriva del latín «ingenium» y designa a «quien utiliza su conocimiento y talento para crear, diseñar y construir soluciones beneficiosas para la humanidad». Ello define fielmente a Javier Rui Wamba Martija, ingeniero de caminos, canales y puertos (Gernika 1942), fallecido días atrás, cuya brillante trayectoria profesional, con proyectos en tres continentes, lo define como científico de la técnica proyectiva versado en equilibrar estructura, función, estética y ambientalismo.

Ingeniero de Caminos con mayúscula, su trabajo se reconoció en 2015 por el Colegio de Ingenieros de C.C.P. de Cataluña con su máxima distinción: la Medalla Ildefons Cerdá. En 2016, recibió el Premio Nacional de Ingeniería. Asimismo, la Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de C.C.P. de Madrid, siendo designado Miembro integrante de la Real Academia de Ingenieros de España. Sin duda, de haber nacido inglés, contaría con la distinción de Sir.

Fundador en 1970 de Ingeniería Esteyco, con oficina en Barcelona, Madrid y Bilbao, ha realizado, en 30 países, más de 800 proyectos de infraestructuras, edificación y ambientalismo, dotados todos de eficiencia, sensibilidad tecnológica y belleza, maclados justamente para garantizar su funcionalidad con una imagen precisa, ajena a los 'deslizantes' efectismos banales aclamados hoy por el narcisismo reinante en este campo.

Creador de la Fundación Esteyco para la difusión y el progreso de la Ingeniería y la Arquitectura, impulsó tales fines publicando más de 100 libros donde implicando experiencias e inquietudes de ambos colectivos, propugnó «fomentar un clima propicio de creatividad en el que se exija y valore el trabajo bien hecho, impulsando la evolución de la cultura del hacer hacia la cultura del hacer pensando». El mismo escribió varios: 'Teoría unificada de Estructuras y Cimientos', 'Aforismos Estructurales', 'El Puente Colgante Bizkaia', 'La Ria de Bilbao y sus puentes'. Libros que enviaba cada Navidad a sus amistades junto con una tarjeta con reflexiones profesionales que revelaban su extenso e intenso mundo interior, sensible a los factores económicos, sociales, técnicos y humanos.

Durante 17 años fue profesor de «Estructuras y Puentes Metálicos» en la Escuela de Ingenieros C.C.P. de Madrid. Puentes que estudio con pasión y afán divulgador: enterado en 1995 que unos arquitectos vizcaínos iríamos a Gales a ver la restauración del primer puente metálico de hierro fundido construido en el mundo dos siglos atrás -1.779, Coalbrookdale-, envió fax con el contacto gales que lo facilitaría. Desde entonces hubo un trato siempre interesante pues reflexionar sobre Bilbao con él descubría opciones sugerentes. Otro año, posibilitó contactar al ingeniero Jörg Schlaich, autor de puentes apoyados sobre membranas textiles en Múnich y Stuttgart, a quien vinculó con su Fundación. Su propio proyecto no construido para el puente peatonal Padre Arrupe de Deusto, con apoyos estilizados y sutiles, tenía una elegancia impecable.

A las inquietudes técnicas y estéticas propias de su vocación, unía las intelectuales, humanísticas y sociales. Su facilidad para elevar con sencillez el nivel analítico de la conversación sobre ingeniería y arquitectura o sobre naturalismo y sostenibilidad, inducia a escucharlo y avenirse, lo que verificaba el objetivo con que concluye la declaración de intenciones de su Fundación:

«Conscientes de que las organizaciones valen lo que valen sus miembros, contribuyamos a una sólida formación de los ingenieros, puesto que, en la ingeniería, el valor de las personas se mide por el nivel de sus conocimientos. Valoremos nuestra independencia, no como arma contra nadie, sino como un atributo intelectual propio de quienes tienen por oficio pensar, informar, y decidir libremente».

Entrevistado en la revista 'Obras Públicas' (abril, 2021), tras comentar sobre la torre eólica telescópica erigida en China con patente propia, la más alta del mundo, expuso el deseo de «volver a Gernika' en el viaje postrero». Siendo Sir Javier Rui Wamba Martija un gerniques preclaro y ejemplar, resulta obligado solicitar para él la nominación de una calle o plaza significativa en su misma villa. También en Bilbao, ciudad que apoyó allí donde iba. Sirva este escrito como tributo de admiración y respeto a este revivido Marco Aurelio de la Ingeniería.

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