El RETAbet y otros once equipos sin piedad

En la víspera tocó repaso general. Mumbrú trabajó entre el vídeo y la cancha el tocho de apuntes que ha reducido para una mejor gestión del temario. Todo trufado con la recompensa del primer paseo, coordinado, vigilado y aséptico del que han podido disfrutar los hombres de negro desde el jueves en Valencia. Sólo habían abandonado el confinamiento en el hotel de concentración para dirigirse a L'Alqueria y La Fonteta donde han entrenado. La ACB les propuso disfrutar durante una hora de las vistas del centro de la ciudad desde la terraza del Ateneo. Un pequeño refrigerio y aire libre sin contacto alguno con el exterior de la burbuja sanitaria. Se desplazaron en bus, usaron una entrada exclusiva y la azotea estaba blindada a terceros. Se lo perdieron por agenda de entreno y tratamientos varios Brown, Lammers, Kulboka y el junior Miguel Ruiz, además del cuerpo técnico, colirio en ristre ante los monitores.

Antes, Mumbrú y Schreiner atendieron a los medios en un encuentro virtual. Queda de sus palabras el poso de la preocupación porque Kulboka no avanza en su recuperación como se esperaba. El técnico de hecho le da pocas opciones para jugar el derbi más especial que se recuerda. «Al 90 por ciento, no va a estar. Podría estar para algún partido, pero ahora trabaja fuera del grupo y no queremos forzarle al máximo. Veremos lo que va sucediendo. Nos cambia la situación porque podía entrar al tres donde vamos un poco justos. No nos queda otra que sobreponernos».

Añadió el coach barcelonés que «vamos cortos de plantilla, pero pensamos en los que sí están. Habrá roles diferentes y trataremos de ajustarlos. Vamos a ir al límite. Sabemos que son diez días, los jugadores son muy competitivos y daremos guerra. Y si hacemos las cosas bien tendremos opciones de ganar partidos».

Una de las posibles claves para ser competitivos es que los vizcaínos entren al partido sin dudas ni demoras. Se da por hecho que habrá «errores, se llegará tarde a balones. Sin un partido de pretemporada donde ajustar conceptos es más complicado, pero resulta novedoso para todos».

El foco se centra en unos jugadores que han pasado por todos los estados de ánimo imaginables. Por ello, lo que quieren es jugar ya para también desprenderse de la rutina de un confinamiento valenciano en el que «intentamos desconectar jugando a cartas y haciendo cosas como equipo. Sólo pensamos en el Baskonia y tenemos muchas ganas de jugar aunque va a ser todo tan nuevo que parecerá otra competición», explica Schreiner.

En el otro bando, el Baskonia se siente poderoso al recuperar a Granger y Vildoza para dirigir al equipo. A Dusko Ivanovic le motiva una competición «que puede ser más bonita que jugar unos play-off. Con siete victorias se puede ser campeón. Es como una Copa pero sin eliminatorias». Si alguien consigue el pleno levantará el trofeo en catorce días. Coincide con Mumbrú en que «la gran incógnita es el ritmo al que podamos jugar, porque afectará a que haya imprecisiones y balones perdidos».

En el conjunto de Zurbano se espera un RETAbet «de alto nivel, que antes del parón jugaba muy bien en defensa y como equipo». El capitán Shengelia optó por aparcar los rumores que le colocan en el CSKA para la próxima campaña. «Hoy tengo dos años más de contrato con Baskonia y mi cien por ciento está con este equipo». También enjabonó a un Ivanovic que ha devuelto la esencia al cuadro vitoriano. «Estábamos muy abajo cuando llegó y desde su primer día nos levantó la cabeza. Yo estuve muy hundido y me ayudó mucho. Nos contagió de una inercia muy positiva». El técnico devolvió las flores a su jugador franquicia. «Cada entrenador quiere un Shengelia en su equipo, un líder nato, una mano derecha en los momentos difíciles».