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Demasiado lastre el primer tiempo. Defensa deficiente del bloqueo directo que el Maccabi aprovechó para nutrir a sus pívots en otra claudicación interior azulgrana. El grupo reaccionó tras el descanso con gran actividad atrás a los mandos de Kurucs y un quinteto sin ‘cincos'. Tampoco ayudó el arbitraje.

Firmó un partido decoroso sin armar demasiado ruido. De menos a más, como el equipo. Segundo anotador del conjunto.

No entró hasta el minuto 25. Activo, autor de dos canastas de mucho mérito y con afán por ayudar.

Más de lo mismo. Titular para defender con su garra de costumbre, tres minutitos y nada más. Una pérdida y una falta personal.

El hombre que debe de marcar diferencias se muestra inseguro. Un triple en seis intentos y sin la trascendencia que habría de tener.

Erró más tiros de la cuenta, incluidos los libres, pero su desbordante energía guió la reacción azulgrana durante la segunda parte.

Primer relevo en el puesto de base, aunque poco utilizado a la vuelta de los vestuarios. Tampoco paró las ventajas rivales tras el bloqueo directo.

La estadística no le rinde justicia. Lideró la reacción defensiva azulgrana después del intermedio con sus robos e ímpetu. Le sobran faltas en ataque.

El líder natural de esta campaña. Demasiado solo en un inmenso primer cuarto. Falló triples, pero máximo anotador, reboteador y asistente.

Tras un primer tiempo flojo y sin protagonismo, cuajó un tercer cuarto muy bueno en los dos lados de la pista. Debe de recuperar su notable motor diésel.

A punto por minuto con una canasta doble y el único triple intentado. Pero Galbiati no le concedió más oportunidades de alternar con Sedekerskis y Kurucs.

Eliminado cuando cuajaba sus mejores minutos en el último acto. Superado netamente por Sorkin en el enfrentamiento particular.

Otro duelo pobre pese a su deseo de intimidar y la voluntad de poner bloqueos adelante. Una noche más de inferioridad interior alavesa. Sin amenaza ofensiva.