Trent Forrest se prueba contra el mejor

El primero es un jugador experto, en su versión más brillante a los 41 años. La frase no es un tópico ya que su actual media de 14,3 puntos, 7,3 asistencias y 16,4 de valoración es la mejor en sus 18 temporadas disputadas hasta el momento en la Liga ACB. El segundo ha pisado territorio europeo por vez primera en el presente curso, con el consiguiente peaje de inexperiencia y aclimatación.

Ambos chocan hoy en el Buesa con el correspondiente cruce de estilos. El dominio absoluto del ritmo de Huertas y su capacidad para administrar la pausa frente a un Forrest con mayor potencia de motor en lo físico y que se esfuerza por mejorar en cada partido a la hora de establecer conexiones duraderas con otros compañeros. El brasileño mantiene una telepatía duradera con Giorgi Shermadini que se extiende ya durante varias temporadas. El diálogo de Forrest con 'socios' como Howard o con las dos 'torres' azulgranas que encarnan Hall y Diop es cada vez más fluido. No siempre fue así durante capítulos precedentes de la temporada.

El músculo puede marcar el pulso entre bases. Huertas encabeza la clasificación de mejores asistentes de la temporada en la ACB (7,3 pases de canasta por partido), pero su oponente azulgrana es el mejor en recuperaciones (1,9 robos por encuentro). ¿Las manos de Forrest pueden suponer un incordio para la maestría de guante de seda de Huertas? Podrá aclarar las dudas el nivel de contacto que permitan los árbitros. Será otro apartado que atenderán muy de cerca tanto Laso como Vidorreta, dos técnicos de 'conversación' siempre fluida con los colegiados.

Forrest prueba su progresión de las últimas semanas ante el mejor base de la Liga ACB. El jugador de Alabama debutó como azulgrana en una jornada inaugural liguera que llevó al Baskonia hasta la cancha del Tenerife, donde cayó por 88-80. En aquel duelo causó baja el 'uno' paulista debido a un esguince de tobillo. Siete meses después, los dos espadas principales se citan por vez primera sobre el parqué del Buesa. El gobierno del brasileño al timón del Tenerife no se discute. Le avalan su conocimiento del oficio y el hecho de cumplir su sexta temporada en el plantel insular. La jerarquía de Forrest como brújula azulgrana es un mérito ganado a base de tropiezos y aprendizaje continuo a sus 26 años.

La lesión de Kamar Baldwin y la inconsistencia de Ongjen Jaramaz también han contribuido a reforzar una posición siempre sometida a debate en el baskonismo. En el período de tiempo en el que Huertas ha echado raíces en el conjunto tinerfeño, el aficionado azulgrana ha visto pasar por el Buesa batutas principales como las de Luca Vildoza, Jayson Granger, Darius Thompson, Pierriá Henry o Codi Miller-McIntyre. Algunos de ellos, con el tiempo justo para brillar con la elástica azulgrana antes de encontrar un destino de mayor estatus y un mejor contrato. El reciclaje continuo en la casa baskonista en los últimos tiempos ha convertido la posición de base en una sucesión de jefaturas breves. Forrest luce ahora los galones en la dirección de juego tras firmar un contrato de dos temporadas el pasado verano. Su brillo actual puede suponer la continuidad o una jugosa venta el próximo verano. Es el destino de todo baskonista que despunta.

La historia de 'Marce' en Tenerife es diferente. Cerró su segunda etapa como baskonista en la temporada 2018-19 a sus 36 años. Dos campañas en Vitoria tras su experiencia en la NBA con una firme trayectoria a los mandos del Barcelona también a sus espaldas parecían colmar su ambición por mantenerse en la élite continental. El aparente paso atrás al fichar por el Tenerife resultó un acierto a la hora de alargar una etapa de madurez que se ha asociado con el crecimiento imparable del club canario.

Huertas es un caso insólito de durabilidad. El próximo 25 de mayo cumplirá 42 años y nada sugiere que esté disputando sus últimos partidos como profesional. La pasada temporada ya se convirtió en el máximo asistente histórico de la Liga ACB tras los 2.898 pases de canasta que acreditaba Pablo Laso y ahora sitúa el techo en 3.153. «Y lo que le queda...», aseguraba ayer el técnico vitoriano en referencia a un rival del que destaca «la inteligencia baloncestística que hace que mantenga un gran nivel a pesar de que físicamente no esté como hace diez años». Ya no se sabe si Marcelinho Huertas vive su segunda, tercera o quizás cuarta juventud.