La plantilla del CSKA, el oro de Moscú

Y alguno cuestionará qué hace el CSKA, con todo el oro de Moscú y minas de todo tipo de minerales con las que financiarse, recurriendo a descartes de terceros. La película no es exactamente así. Elige de lo que otros han puesto en el mercado, quizá por no poder retenerlo. Y aprovecha, en el caso de Mike James, el retal que no supo coser Ettore Messina en su traje de fantasía milanés. El base de Portland tiene demasiado azúcar para un cóctel a base de ron miel como el que tiene pensado el de Catania con el canario Rodríguez y Shelvin Mack. Pausa y grupo frente a la anarquía y el espectáculo que supone el ex de Baskonia y Panathinaikos.

Para que lo entienda Giorgio Armani, Messina quiere dos perlas como botones en los puños de su camisa e Itoudis, con suficiente plantilla para dar fiestas, se va a quedar con los gemelos de fantasía y muchos quilates que desentonaban en el uniforme transalpino.

James llega al CSKA por un año, como Rod Baker y Darrun Hilliard, para apuntalar un perímetro lleno de desconchones con la marcha de Higgins (Barça) y De Colo (Fenerbahce). Janis Strelnieks, que gobernará la nave junto a Daniel Hackett, ha firmado por dos cursos. Así se prueba donde está el nivel de confianza en los jugadores. También son dos las campañas para Johannes Voigtmann y Kosta Koufos, la pintura de campanilla del campeón, que con la llegada del máximo anotador y segundo mejor asistente de la pasada Euroliga tiene el proyecto más polivalente en muchos años. Cada pieza tiene un rol específico y un momento dentro del plan de partido y, al mismo tiempo puede ocupar una, dos e incluso tres demarcaciones en la cancha. Todos al servicio de Will Clyburn y la estrategia -Itoudis es un maestro- destinada a sacar lo mejor de cada uno.

Mientras, en las afueras, en territorio Kurtinaitis, el Khimki ha limpiado la casa y aplica el 'secreto' Ataman para poder aspirar a todo. Aquel que el turco contó en la Final Four de Vitoria. «Me dieron once millones de dólares y fiché nueve jugadores». En el caso de los moscovitas han sido 13, que con Shved y Gill (les restaba contrato) hacen un grupo temible. Si las renovaciones de Monia y Vialtsev; y que Timma se quede definitivamente no era suficiente amenaza desde el triple, los amarillos han incorporado a Bertans.

También al excelente pasador Stefan Jovic, para poner algo de orden entre tanto shooter. En la zona, su gran vacío, pierden a Mickey (Madrid) para meten a Devin Booker, los tapones de Jeremy Evans, la experiencia NBA de Timofey Mozgov (2'16) y los 220 centímetros de Andrei Desyatnikov.