Baskonia: Cae siete veces, levántate ocho
El Laboral Kutxa arranca mañana en Málaga la lucha por el título con el equipo recompuesto por las dos últimas victorias y con ansias de rematar una irregular temporada
juanjo brizuela
Martes, 26 de mayo 2015, 23:38
El silencio en un vestuario puede deberse a una concentración máxima o a la preocupación ante una situación que no gusta. A todos nos pasa. Tras un estado de alta necesidad al máximo nivel, si el resultado no es el imaginado, el colectivo se contagia de pesimismo. Cada segundo parece un minuto. Y solo se puede afrontar el futuro con la mente puesta en salir del bajón cuanto antes y de la mejor manera posible.
Decía Pablo Laso tras el triunfo del Real Madrid en la reciente final de la Euroliga que la diferencia entre esta Final Four y las dos derrotas anteriores estaba en que hemos crecido en el tiempo y llegó nuestro momento. La fuerza de este grupo ha sido saber levantarse. Ni nos hemos rendido con las derrotas ni nos conformamos ahora con las victorias". La fuerza del grupo. Saber levantarse. Seguramente sea ésta la mayor lección que se puede aprender, en el deporte y en la vida. Tanto el vencedor como el derrotado, Olympiacos, afrontaron cada necesidad como un reto, cohesionando mejor al colectivo, sabiendo que este juego no es la suma de las individualidades sino algo mucho mayor: la solidez del grupo y la fidelidad a una identidad propia.
Precisamente ésta ha sido la prueba más dura tras estos últimos partidos del Laboral Kutxa. Después del subidón del paso por la Euroliga (donde se quedó a una canasta del Top 8), llegó el bajón en el partido menos adecuado para ello, el último de la serie continental frente a Unicaja, al que siguieron además varios en la Liga Endesa donde el equipo se balanceó peligrosamente en la fina cuerda del equilibrista a punto de caer al vacío. Tres derrotas consecutivas frente a rivales a priori inferiores, Fuenlabrada, UCAM Murcia y Estudiantes, dejaron al equipo al borde del KO. Quedaban dos únicas balas en la recámara, un juego que debía ser recuperado y una solidez colectiva que se iba perdiendo conforme pasaban las posesiones en cada uno de los partidos.
Soluciones
Fall down 7 times, get up 8 es una frase hecha en inglés que significa cae 7 veces, levántate 8" (es decir, aquello que decía Laso al principio de este texto). Es también la pequeña oración que aoompaña al perfil del entrenados baskonista Ibon Navarro en sus redes sociales. Atendiendo a ese espíritu, se puede intuir que en el trabajo técnico del Baskonia han sido una constante los minutos de esfuerzo y trabajo en los entrenamientos, las conversaciones con la plantilla, la revisión minuciosa de cada partido y del rival y el cambio de foco de la ansiedad tras las derrotas. Digo esto porque, por lo visto en la cancha, este Baskonia ha afrontado cada nuevo partido con variadas soluciones tácticas en el campo diseñadas posiblemente para recuperar el juego del equipo y en especial su 'tocado' estado de ánimo.
Se le ha visto, por ejemplo, buscar constantemente la transición defensa-ataque del equipo en continuidad y sin parón en el juego, con cuatro jugadores abiertos en el campo, estirando al máximo los espacios. Aprovechar la virtud de jugadores dinámicos como los bases, Causeur, el recuperado San Emeterio y especialmente Tillie, para ser mucho más directos hacia el aro. Incidir en sacar la posesión lo antes posible tras el rebote defensivo, ser capaces de jugar a veces con cuatro jugadores abiertos y a veces incluso con tres grandes al mismo tiempo (Shengelia-Tillie-Iverson). Soluciones propuestas para aprovechar cada virtud individual al servicio del equipo donde cada jugador puede (y debe) sumar en beneficio del colectivo.
Las dos últimas victorias tienen en común la búsqueda del mejor tiro posible, aquel que se produce en situación de ventaja en espacio, buscando el pase hacia el lado débil del ataque y desear después que el acierto aflore. Y también la búsqueda del equilibrio entre el rebote defensivo y las pérdidas para tener una mayor eficacia positiva. No es casualidad que el protagonismo de los bases se haya echado a un lado para que la línea exterior, ésa que a principio de temporada aparecía como clave en los puestos 2-3-4 (Causeur-San Emeterio-Shengelia, inicialmente), tome el protagonismo y así se generen más oportunidades para el resto del quinteto en el campo. Cuanto más peligrosos se muestran, más beneficio para los bases y los postes. Si se produce al revés, el equipo sufre. A la suma de los líderes San Emeterio y Causeur, hay que añadir ahora la llegada del físico Hopson, recomponiendo una vez más la estructura del equipo con un 3 diferente a Bertans, mucho más físico, que se suma al dinámico Tillie, más verticales en su juego y con más potencia física en el campo.
¿Y ahora, qué?
Lo que toca es atarse bien los cordones y salir con paso firme al campo para medirse en cuartos de final a un Unicaja, rival deseado en Vitoria y posiblemente no tanto en Málaga. Estos dos últimos triunfos en la liga regular han desentumecido el ansia del equipo hacia una nueva victoria. Ganar y ser competitivos en cada vez más secciones del partido y de forma continuada es el mejor antídoto frente a un rival que durante los enfrentamientos de este año ha mostrado un excelente nivel técnico y en especial físico.
Precisamente la mayor debilidad frente al Unicaja en esta temporada ha sido la cierta superioridad en el puesto del 3, con Suárez y Kuzminskas especialmente, pero que con la llegada de Hopson puede ser mitigada. Físico a raudales, peligrosidad exterior sobre todo en verticalidad hacia la canasta, potencia en rebote y defensa igual de agresiva desde el exterior y de espaldas al aro. Los grandes beneficiados de esta pugna pueden ser Causeur y un San Emeterio ya recuperado de su lesión, con más descanso y con un excelente nivel de acierto en los últimos prtidos. Los bases también juegan un rol especial dado que el ritmo pausado de Unicaja, con Granger como metrónomo del ritmo y la pausa, hace que el juego de James y Adams se vea afectado, con consecuencias para el tempo del partido. Y el dominio del rebote: clave en este Laboral Kutxa, que sabiendo Unicaja de su valía (no en vano el Baskonia es el equipo más reboteador de la Liga) ataca hasta con tres jugadores en la canasta vitoriana, dificultando así el control de la posesión y la salida en transición.
Como en la dura lucha entre el despertador y el sueño, entre la almohada y el deber, entre la perseverancia y la pereza, este Baskonia tiene ante sí una nueva oportunidad de resarcirse este temporada. Ojalá el último bajonazo haya quedado atrás y recuperemos ese subidón de juego, agresividad y alegría que hemos visto en muchas fases de la campaña, pero no en las suficientes. Sólo por las vicisitudes de esta inestable temporada, por las soluciones técnicas y tácticas mostradas en el campo, por la nueva identidad del equipo y por las características del rival (de nivel equivalente y por tanto accesible), merece la pena este último esfuerzo. El aprendizaje tras las derrotas, la madurez adquirida y la solidez del grupo y esa pequeña espina clavada frente a Unicaja hace que este 'play-off' sea más que atractivo. Y debería ser también el adecuado para transformar el silencio del vestuario en aplausos de euforia.