Moneke y la dosificación del egoísmo en el Baskonia
En su último año de contrato y con la opción de renovar muy remota, el nigeriano es tan vital como complejo de gestionar para Pablo Laso
Carlos Pérez de Arrilucea
Miércoles, 27 de noviembre 2024, 00:52
El Baskonia tiene una bendición y un problema con Chima Moneke. Jugador alejado de las medias tintas, ha nacido para impactar. Excesivo para lo bueno ... y, en ocasiones, para lo malo, acapara una parte importante del brillo de una escuadra azulgrana que busca el camino hacia la constancia y la seriedad. La importancia de su peso en los esquemas de Pablo Laso es indiscutible, pero también queda clara su dependencia. El ala-pívot azulgrana encarna a la perfección ese perfil de jugador en el que resulta complicado detectar el momento en el que el egoísmo deja de ser una aportación positiva al colectivo para pasar a ser un contratiempo. Es un equilibrio complejo que tiende a experimentar vaivenes más pronunciados cuando la trayectoria de un equipo no es la mejor, como es el caso del Baskonia.
En su esencia está acaparar protagonismo y así lo hace Chima Moneke. Le ayuda su talento y el hecho de que en la plantilla diseñada en verano no exista una pieza de repuesto clara en la posición de ala-pívot. En teoría, es el papel que debería asumir el joven Ousmane Ndiaye, pero la práctica indica que, a estas alturas, se trata de una responsabilidad quizás excesiva para el joven senegalés.
Por otro lado, la situación contractual de Moneke es una circunstancia a tener en cuenta. Inmerso en la última temporada de su actual contrato azulgrana, el nigeriano compite en defensa de unos colores, pero también por asegurar el mejor porvenir profesional posible a sus 28 años. Y las posibilidades de que ese futuro pase por una renovación con la entidad de Zurbano son, en este momento, remotas. El Baskonia cerró la pasada campaña las ampliaciones de contrato de Tadas Sedekerskis y Markus Howard, pero resultó imposible retener a otros pilares como Matt Costello o Codi Miller-McIntyre. El contrato de Moneke no se tocó, pero vivió un verano pasado intenso, con cambio de agencia de representación incluida. El Partizan quiso atraerle a sus filas, pero la idea quedó descartada después de que la entidad azulgrana se remitiera a la cláusula de rescisión (1,5 millones de euros) sin dar pie a negociación alguna. Tras aquellos amagos, dentro del mercado europeo se asienta la idea de que Moneke será una pieza cotizada el próximo verano si no media un cambio en su actual situación contractual.
20% Puntería lejana
Es el porcentaje triplista de Moneke, máximo anotador azulgrana en la Euroliga (13,9 puntos).
Mientras, los números sostienen la relevancia de Chima Moneke en el actual Baskonia. En la Euroliga, es el máximo anotador con 13,9 puntos de media y el que acredita mejor valoración (17,8). En su carta de tiro en la máxima competición continental surgen detalles esclarecedores. Es el segundo jugador de la plantilla con más tiros de 2 totales (61) con un 65% de acierto. Solo Trent Forrest gasta más pólvora en lanzamientos dobles. Desde más allá de la línea de 6,75, el interior nigeriano cuenta con 39 intentos, lejos de los 76 que hasta ahora ha lanzado Markus Howard, primer artillero triplista en las filas azulgranas. La larga distancia es, en este momento, un foco de intranquilidad para Moneke. Desde donde la pasada campaña firmaba un 35% de puntería ahora muestra un 20%. En compensación, es el jugador azulgrana que en más ocasiones visita la línea de tiros libres, con 58 lanzamientos y un 84% de efectividad.
La falta de un relevo claro agranda aún más el papel protagonista del ala-pívot azulgrana
El papel de Moneke como arma ofensiva queda claro, a pesar de su bajo porcentaje en triples, que encaja con la sensación general de que el Baskonia es este curso un equipo con menor amenaza desde el arco. Sigue siendo una referencia ofensiva de primer orden a pesar de que su estilo hiperactivo lo convierte en uno de los perjudicados por esa cadencia más lenta que muestra la escuadra vitoriana en la presente campaña.
En busca de la eficiencia
Dentro de los numerosos problemas a resolver, Pablo Laso busca la eficiencia en todos sus jugadores y el ala-pívot de Abuya no es una excepción. Por otro lado, trata de mitigar esta falta de relevo claro en la posición de 'cuatro' al recuperar la versión polivalente de Tadas Sedekerskis, de nuevo capaz de desdoblarse como alero y como ala-pívot. De hecho, en los dos últimos encuentros ante Casademont Zaragoza y Olympiacos, Moneke comenzó desde el banquillo, en contra de la tónica habitual desde inicio de temporada que lo convertía en un fijo en el quinteto inicial.
Poder contar con Kamar Baldwin a tiempo completo una vez lograda la licencia comunitaria abría a Pablo Laso las posibilidades de aplicar diferentes dibujos en la línea exterior. Sin embargo, la lesión muscular de Luwawu-Cabarrot también le obliga a soluciones más imaginativas o a tirar de jugadores como Rogkavopoulos o incluso Savkov, que hasta ahora habían tenido menor protagonismo. La reordenación de piezas se impone, aunque Sedekerskis sigue siendo el jugador que puede ejercer de relevo más fiable de Moneke en la demarcación de ala-pívot.
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