
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Oportunidad y/o don de la oportunidad. Digamos que aunque compartan la misma palabra tienen un matiz: una, el hecho del momento o la circunstancia ... conveniente para algo. La otra, el don, tiene que ver con esa capacidad de aprovechar la oportunidad en el momento adecuado. Oportunidades haylas, pero para que se den se tienen que producir determinados requisitos que a veces no están en nuestra manos, y en otros momentos te sitúas sin saber muy bien por qué en ese instante clave donde todo emerge.
Quiero mirar con atención a esos jóvenes que asoman su bisoñez en el campo, a caballo entre el vértigo de ese momento del 'vamos, que te toca' y el frío escalofrío que circula en su interior con ese '¿estaré preparado?'. Es entonces cuando la oportunidad levanta el brazo, te señala con una mueca en la sonrisa y te invita a que pases a la acción, que vale el 'aquí y ahora' y que lo aproveches, como sea, pero que lo aproveches.
Tiene el FC Barcelona de basket una serie de jóvenes que conviven entre una pléyade de estrellas internacionales reconocidas, aprendiendo con los ojos y las orejas bien atentas a lo que les recomiendan, y las piernas deseosas de saltar y desplazarse por el campo, soñando con ese momento y rogando al mismo tiempo que todo salga bien. Esos deseos de los Grujicic, Villar, Butajevas, Keita, e incluso Sarr, siguen creciendo cada día, sabiendo que en cualquier momento se harán realidad. Si el momento se hace esperar, les toca insistir en prepararse para el próximo ansiado vuelo del banderazo del 'ahora, sí'.
De igual manera en Baskonia, Raicevic, Savkov, Hrabar, Faye, Ndiaye (en Granada) y Joseba Querejeta, saben que están a las puertas de esa llamada a la acción. Para ellos, llega el momento de ir construyéndose su futuro en el presente a sabiendas que quizás la espera sea una de las partes de su desarrollo, mientras persisten en ser los idóneos en un momento determinado, día tras día, entreno tras entreno, en búsqueda de ese don.
Quiero, y quisiera que usted se detuviera además porque las circunstancias actuales del basket mundial pueden hacer que estas oportunidades no entiendan de países, salten las fronteras y exploten los sueños de jugadores en busca de esas realidades en cualquier otro lado del planeta, en especial en Estados Unidos, la meta final a la que aspira todo baloncestista profesional. La globalización nos lleva a ello, el talento es escaso y donde el máximo nivel exige proyectos de jugadores que puedan crecer en la pista y no en el banquillo, el riesgo que se corre es que perdamos hasta las oportunidades del aquí, de nuestro entorno y de nuestro baloncesto.
Somos conscientes de la dificultad y las dudas de quienes toman la decisión de señalar a uno de estos chicos para decirles 'a jugar'. Es tan cruel la búsqueda de la próxima victoria que apostar por una de estas promesas resulta complicado, arriesgado dicen. Encontrar en cuarenta minutos una fase del partido donde puedan expresarse como deben no es fácil, pero la posibilidad de que la oportunidad deje de serlo en vez de convertirse en una ilusionante realidad sería tan interesante y beneficiosa que el esfuerzo merecería la pena.
Qué bonito sería para nuestro basket que en esta última fase de la Liga regular de la ACB, algunos de ellos sintieran en sus manos además del balón, el don de la oportunidad de qué hacer con él, tirar, botar, pasar al compañero, robar un pase, demostrando que la paciencia se equilibra con la acción y que ese esfuerzo silencioso de tu adolescencia se abre camino en la exigencia y el deseo de poder ser desde hoy un jugador importante en tu equipo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Así se hace el lechazo deshuesado del restaurante Prada a Tope
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.