Cambio de personalidad
Salto inicial ·
El Asvel ha pasado de ser un equipo con un foco único a tener, por fin, una sensación más coralDigámoslo claro: la confianza es de inicio un vaso lleno en el que puede que se mantenga todo su contenido e incluso necesite un recipiente ... mayor, o bien se vaya perdiendo por rendijas, a veces evidentes, otras invisibles, hasta no quedar nada salvo el envoltorio.
En Villeurbanne, la confianza de sus dirigentes en su anterior entrenador, con Tony Parker a la cabeza, fue cayendo por la crudeza de los resultados y una vez más por esas sensaciones que se perciben en los grupos de alto rendimiento, cuando no acaban de encontrar ni la química ni los recursos para rendir al nivel de las expectativas. En este caso, en Asvel, tampoco eran muy altas, pero la cicatriz era cada semana un poco más grande y más difícil de tapar, por mucho que te apellidaras Parker.
Ha llegado Gianmarco Pozzeco, el estridente entrenador italiano, a comandar un grupo que no tiene presión alguna por alcanzar hitos sino más bien recuperar la ilusión en un proyecto que quiere ir paso a paso, pero con ciertas garantías. De nuevo, con la llegada de un nuevo entrenador, los equipos vuelven a su abecé, a reiniciarse, y parece que en estas últimas semanas el Asvel empieza a ser un rival a considerar.
No es solo por su entrenador, que sí y lo veremos conforme la competición se vaya complicando, sino también por jugadores que están recuperando su rol y logran tener más argumentos en sus estructuras para poder competir con solidez. En concreto, el esquema clásico de base-poste, con Lee y Lauvergne a la cabeza; uno, Lee, más suelto a la hora de combinar y repartir juego como generarlo para sí; otro, el poste Lauvergne, que vuelve tras su lesión y está aportando la solidez que necesitaba el equipo en el interior.
El Villeurbanne ha mejorado no solo por su nuevo entrenador, también por el rol recuperado de sus jugadores
Su mejora tiene consecuencias evidentes. De Colo no es tan decisivo en el equipo, aun siendo un jugador que con su mera presencia alerta al rival; Lighty toma un papel secundario pero de garantías en el exterior perfectamente acompañado por Luwawu-Cabarrot, que se muestra como un alero bastante mejor al que vimos en Milán, con mucha calidad en su juego y capaz de interpretar la siguiente acción; y Fall, que sigue dando pasos de mejora en dominar desde el interior. El Asvel ha pasado de ser un equipo con un foco único a tener, por fin, una sensación más coral. Y eso tiene siempre consecuencias positivas.
Pozzeco es consciente de esta mejora, es probable que haya encendido la mecha de la lógica de trabajo e ideas colectivas, pero lo que seguro está transmitiendo a su plantilla es que más allá de la calidad técnica y de su capacidad física, que las tiene ambas, los equipos deben disponer, sobre todo, de personalidad, identidad y una energía constante, empezando por él mismo, claro está.
Y en estas lides, el Asvel está comenzando a lidiar y jugar bastante mejor porque le ampara su calidad física, no excelente pero sí considerable, y su intensidad y ritmo, donde explota más el juego en todo el campo y no solo llegar al 5x5. A partir de aquí, la mejora vendrá conforme incorpore rotaciones y jugadores a escena, y en ese trayecto está. De momento, Pozzeco ya ha instaurado más sonrisas.
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