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Pablo Sanz
Viernes, 23 de mayo 2025, 22:04
Essie Hollis no deja indiferente a nadie. Su aguerrido físico y facilidad para anotar en la cancha enamoraron a los baskonistas que durante dos temporadas, ... entre 1983 y 1985, pudieron disfrutar de verle en la capital alavesa. Este viernes, 40 años después de los mates y vuelos con los que dejó boquiabiertos a los aficionados azulgranas, el estadounidense de 70 años regresó al Polideportivo de Mendizorroza, en el que tanto seguidores como excompañeros charlaron y pasaron un rato muy agradable en el acto organizado por el programa radiofónico Kiroleros.
Al evento acudieron ilustres como Iñaki Garaialde, Xabier Añua o Mikel Cuadra, entre otros. Otras personalidades como la diputada foral de Deporte, Ana del Val, el segundo entrenador del Baskonia, David Gil, o el director deportivo del Alavés, Sergio Fernández, tampoco se quisieron perder la oportunidad de poder ver al 'Helicóptero' en persona. El acto comenzó con distintas personalidades recordando la figura de Hollis. «Daba gusto verle jugar. Fue el comienzo de lo que luego vivimos a nivel europeo», recordó Del Val.
«Volé con él con mucho placer», rememoró Garaialde por su parte antes de dar paso al verdadero protagonista, que apareció ante una gran ovación del público. «Quiero dar las gracias a mis compañeros que me han aguantado todo este tiempo. No podría haber volado sin todos ellos», promulgó antes de que apareciesen en escena.
En el escenario fueron muchas las anécdotas que compartieron y expusieron, como la imagen que tenían de Hollis antes de su desembarco en el Baskonia o la Copa Asociación ganada en 1985. «Uno de mis primeros recuerdos fue una canasta que metió en Anoeta con Iñaki (Garaialde) intentando defenderle. Ha marcado un antes y un después en el baloncesto europeo», señaló a través de un vídeo Pablo Laso, ausente en la cita.
«Recuerdo un tapón descomunal que le puso a Fernando Romay en el Palacio de los Deportes de Madrid en el que se quedó con el balón en la mano. Fue impresionante», indicó entre risas Cuadra. Los asistentes, además, pudieron disfrutar de una exposición que contó con bufandas, indumentarias y fotografías de la época. Reliquias visuales en las que no fueron pocos los asistentes que se fotografiaron.
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