El Baskonia sondea al ala-pívot Emir Sulejmanovic para el próximo curso

A sus 29 años, se ha destapado como uno de los mejores jugadores del año en la liga. A falta de cuatro jornadas, es el máximo reboteador de la competición (7,3), promedia 13 puntos, su mejor cifra desde que militaba en el filial del Barcelona, hace casi diez años, y está especialmente certero y productivo en esta segunda vuelta. Durante once jornadas seguidas promedió 14 créditos de valoración o más, algo que solo estrellas como Tomic, Llull, Mirotic o Marcelinho Huertas han logrado en la última década.

Su papel a orillas del Ebro ha calado en el seno de la entidad vitoriana. El perfil baloncestístico y personal del bosnio, de 2,05 metros de altura, encaja con tal sencillez en los futuros esquemas azulgranas que el contrato de larga duración del jugador bosnio en el Zaragoza no parece echar para atrás a la dirección deportiva que encabezan Félix Fernández y Alfredo Salazar. Según fuentes de toda solvencia, el acuerdo renovado el pasado mes de noviembre hasta 2028 incluye una cláusula de salida de 150.000 euros.

A pesar de las buenas relaciones existentes entre las directivas zaragozanas y alavesas, parece poco probable que haya una rebaja en el precio del posible traspaso. El Zaragoza, que en febrero cerró la mayor venta de su historia con la salida de Jilson Bango al Fenerbahce (cercana al millón de euros a plazos), atraviesa una situación económica sólida, y no tiene intención de desprenderse de Sulejmanovic. De hecho, desde la entidad maña se ha subrayado en las últimas fechas que «varios jugadores tienen contrato en vigor para la próxima temporada», como pretexto de que están involucrados en su proyecto.

Por contra, a día de hoy el club azulgrana es la opción predilecta del interior bosnio, que ya ha recibido varios contactos aparte de la del Baskonia. Sulejmanovic se siente dispuesto a dar el salto a la élite europea después de haberse hecho un nombre en la ACB a lo largo de ocho temporadas. Su deseo ahora, en plena madurez, es competir en la Euroliga, en la que participó de refilón en la temporada 2012-2013 con el Union Olimpija esloveno y posteriormente con el Barcelona. Apenas ocho minutos en total. Una vez no fraguó su salto al primer equipo culé, volvió un año a los balcanes, a la Cibona Zagreb, antes de establecerse definitivamente en España. Ha defendido con pundonor las camisetas de Fuenlabrada, Breogán, Bilbao Basket, Tenerife y Zaragoza.

La idea del Baskonia consiste en incorporar a un jugador que ha demostrado un sentimiento de pertenencia allá donde ha jugado. Después de haber nacido en pleno genocidio de Srebrenica y refugiarse en Finlandia, ha vivido en seis países y habla cinco idiomas –finlandés, bosnio, inglés, esloveno y español–. Con una disciplina y una ética de trabajo muy marcada, el conjunto vitoriano observa en el ala-pívot un complemento ideal para su pintura, donde aportaría despliegue físico, rebote y rigor defensivo. Con capacidad para jugar como alero y abrir la cancha (41,1% de acierto en triples este año), aunque sin ese talento innato que acostumbra a brotar de los Balcanes.

Desde el silencio, hace meses que el Baskonia trata de analizar y reflexionar sobre las causas de la mala temporada. Tanto de forma interna como de la mano de Pablo Laso, que vería con buenos ojos la llegada de Sulejmanovic. El técnico vitoriano ya tanteó su fichaje a la directiva del Real Madrid en su etapa blanca. Tanto técnico como club reconocen la dificultad de competir en la ACB con un buen número de debutantes, una complicación añadida a la exigencia del calendario y de las dos competiciones y las limitaciones económicas.

El plan es remozar la plantilla para tratar de evitar las penurias de las dos últimas temporadas por alcanzar una plaza de play off en el frente doméstico. En la posición de ala-pívot, Chima Moneke acaba contrato y apunta a salir, mientras que el club dispone de una opción para ampliar los vínculos de Luka Samanic y Ousmane Ndiaye, que acaban también el 30 de junio.