El Baskonia debe convertir el Buesa en una fortaleza en sus cinco encuentros seguidos como local
El balance en Zurbano es de cuatro victorias y dos derrotas en los seis partidos disputados
Decía Gabriel Aresti aquello de 'Nire aitaren etxea defendituko dut. Otsoen kontra, sikatearen kontra...' ('Defenderé la casa de mi padre, contra los lobos y contra ... las sequías'). Ahora le llega el turno al Baskonia de hacerlo. Primero ante el Maccabi, que llega mañana con nieve y las garras afiladas. Luego, frente a un Fuenlabrada cargado de denuncias contra los entrenadores no sindicados –Perasovic es uno de ellos– y después, los rusos del CSKA el miércoles 20. Y el Zenit dos días más tarde. Ya el domingo, un Valencia que acaba de confirmar a Ponsarnau en el banquillo y al que se le ha lesionado Van Rossom.
En total, cinco partidos, dos semanas de competición sin salir de casa, que deben alejar la amenaza de sequía en el casillero de los de Zurbano. Seguir con paso firme bajo esa cúpula en la que esta temporada solo ha logrado ganar el Unicaja –por uno tras remontar 17 puntos– y el Real Madrid, con una canasta en el último segundo.
Es la cuesta abajo esperada desde el inicio de temporada, el bálsamo para calmar los temores cuando las victorias se escaparon, sobre todo en Euroliga. Es cierto que no es habitual comenzar una competición con tres encuentros como visitante. Lo malo es que ahora hay que ganar sí o sí. Los azulgrana pueden incluso perder las armas, pero luchar con las manos se hará entonces obligado. Y si les cortan las manos, con los brazos.
La situación, sin ser preocupante, es delicada. Aunque se le haya escuchado a Perasovic decir que «los que estabáis nerviosos sois vosotros», la verdad es que el balance en la competición contiental es de 3-4. Victoria en Kaunas (quizá en el mejor partido) y contra los dos que han venido a Vitoria (Olympiacos y Bayern). Si se vence a los de Tel Aviv, Moscú y San Petersburgo, el equipo se colocará sobre raíles para lograr el objetivo reconocido la semana pasada por Janning: «Estar en el Top 8».
En la liga, tras la brillante actuación en Santiago, en la que no se dio opción a un siempre peligroso Obradoiro en el Fontes do Sar, la ocasión es perfecta para asegurar la virtual clasificación para la Copa. Con cuatro victorias y cuatro derrotas, se debe sumar ante el Fuenlabrada, uno de los grupos que más dificultades está encontrando en la presente campaña, y contra el Valencia, sin ritmo, ahogado en Euroliga y sin resuello, para reaccionar en ACB. Seis triunfos no son muchos, pero empezarían a convencer de que la derrota en Bilbao es algo que puede pasar y que perder en la prórroga en el Palau tampoco es como para apenarse.
Toca defender la casa. Aresti escribió que lo haría con el alma cuando le quitaran todo lo demás. Al Baskonia, el alma y el carácter se le presuponen, lo que no se sabe es si tendrá base. Luca Vildoza acumuló 33 minutos el pasado domingo ante la ausencia por lesión –esguince de tobillo, a la espera de un parte oficial– de Pierriá Henry. Matt Janning fue el encargado de darle descanso. Nik Stauskas podría intentarlo y, puntualmente, Shields ha asumido el encargo. Como hace Hanga en Barcelona. ¿Y Lautaro?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión