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El Athletic es diferente. También su afición. Y allí donde va, se deja notar. No solo por inundar de rojiblanco plazas y calles, sino también ... por el impacto económico que sus seguidores dejan en las ciudades que visitan. Agarrados, no somos. Más bien todo lo contrario. Para prueba, un dato. En la final de Copa disputada entre el Athletic y el Mallorca en el estadio de La Cartuja el 6 de abril del pasado año, los hinchas de ambos equipos generaron en Sevilla unos 100 millones de euros de impacto, según los datos aportados entonces por la Cámara de Comercio de la ciudad andaluza. Ojo, cabe recordar que viajaron a Sevilla unos 70.000 aficionados rojiblancos y 20.000 mallorquines. La diferencia es importante.
Pues bien, este año se repetía ciudad y estadio. No rivales. Fueron Barcelona y Real Madrid los que midieron sus fuerzas, con victoria para el segundo. Los datos que baraja el Ayuntamiento sevillano es que unos 90.000 hinchas de ambos equipos viajaron a la ciudad y, según acaba de hacer público el Consistorio, el impacto que dejaron fue de 60 millones de euros. Es decir, 40 millones inferior al de la final del Athletic.
Más allá de aquello de que los vascos somos espléndidos y no nos cuesta sacar la cartera -o el móvil, que ahora es aún más fácil- para sacar cañas y tapas a mansalva, que de nadie tiene ninguna duda. Tres son las claves para entender la diferencia entre lo que gastaron unos y otros. La primera, según apunta Salvador Fernández Salas, director gerente de la Cámara de Comercio de Sevilla, es que los aficionados del Athletic aprovecharon la final para desplazarse una media de 2-3 días a la capital andaluza. «Visitaron la ciudad, disfrutaron de Sevilla. Y Sevilla de ellos», afirma. Por contra, los hinchas culés y blancos estuvieron entre uno y dos días. «Muchos, sobre todo los del Real Madrid, incluso viajaron solo en el día», apunta.
El ambiente, reconoce, nada tuvo que ver con el año anterior dada la polémica del club blanco con los árbitros. Se calcula que el número de aficionados tanto en la final de 2024 como en la de este año fue similar -unos 90.000 en total-. Y eso que la supresión de la pista de atletismo de La Cartuja permitió ampliar en unos 12.000-14.000 asientos el aforo del campo. Pero ni los que el pasado sábado entraron en el estadio ni los que se animaron a ir a Sevilla sin entrada gastaron lo mismo que los del Athletic hace un año. «La fan zone se ha notado mucho, nada que ver con las de este año. La del Athletic estaba muy bien preparada y estaba en una zona muy visible de Sevilla. La gente iba y venía de la ciudad», subraya Fernández.
Ibaigane dispuso de poco más de 23.000 entradas para sus socios, aunque fueron más los que se acomodaron en las gradas de La Cartuja y la gran mayoría de ellos vio el partido desde Athletic Hiria. El recinto festivo, con capacidad para más de 40.000 personas, ofreció una imagen espectacular. Hasta la hora del partido, el peregrinaje de hinchas fue brutal. Las autoridades municipales diseñaron un dispositivo de orden público especial, con 1.600 agentes entre la Policía Nacional y la Guardia Civil y otros 700 auxiliares de seguridad privada.
«La capacidad de gasto tampoco tiene nada de ver. La de los seguidores del Athletic es claramente superior», reconoce el director gerente de la Cámara de Comercio de Sevilla. «Puede que sea porque los del Real Madrid y el Barcelona están más acostumbrados a jugar finales. Pero la ilusión que desbordaban los del Athletic... Había muchas ganas de levantar la Copa -lo hicieron- y se notaba en las calles, en toda la ciudad», añade.
El precio de los hoteles se disparó hasta el infinito y hubo incluso bares que se quedaron sin barriles de cerveza. La gente gastó mucho y así se explica el impacto económico de la final en la ciudad. Una semana después del partido, Kutxabank dio los primeros datos relativos al uso de la tarjeta de crédito entre el miércoles 3 de abril y el sábado 6. Pues bien, los pagos aumentaron más del doble –se multiplicaron por 2,2– y supusieron un desembolso de nueve millones solo en bares y restaurantes de Sevilla y también de Bizkaia en apenas cuatro días. Los 70.000 rojiblancos desplazados hicieron posible que la capital andaluza hiciera su particular agosto justo antes de la Feria de Abril.
Para terminar, una de cifras: la final de la Europa League en 2022 celebrada en Sevilla entre los alemanes del Eintracht y los escoceses del Rangers dejó 60 millones de impacto económico; en 2023, el encuentro entre Real Madrid y Osasuna generó un retorno de 50 millones. Y si se retrocede un poco más en el tiempo, hasta 2022, el choque entre el Betis y el Valencia dejó en las arcas municipales 45 millones. Ahora bien, en este último caso hay que tener en cuenta que uno de los finalistas era de la ciudad y que por lo tanto no hubo desplazamiento de sus aficionados. Todas ellas cuantías muy inferiores a los 100 millones que dejó a la arcas de Sevilla la final del Athletic y el Mallorca.
-Salvador, me va a permitir una bilbainada. Vamos, que la afición del Athletic es la hostia.
-(Risas). Sí, lo es.
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