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El Athletic busca una noche mágica en San Mamés con las cuentas claras. Ganar o borrar de la cabeza ese sueño tan mágico que se ... ha instalado en Bilbao de jugar la final de la Europa League en La Catedral. Máxima felicidad o desilusión. El partido de esta noche frente a la Roma se ha convertido en una final en marzo donde no hay red de seguridad. «Es un partido decisivo y definitivo», resumió Ernesto Valverde a la hora de valorar la trascendencia de esta vuelta de octavos de final en la que el Athletic está obligado a remontar después de encajar en el Olímpico un gol en el último segundo de partido que colocó desde ese momento a la afición rojiblanca en modo remontada. Generar el ambiente eléctrico de las grandes noches será poner la primera piedra para que el Athletic dé la vuelta a la eliminatoria y que el estado de ilusión en el que viven los athleticzales crezca sin límites rumbo a los cuartos y a esa ansiada final del 21 de mayo. «Necesitamos a todo San Mamés», solicitó Óscar de Marcos en la sala de prensa. De momento, medio millar de aficionados se acercaron ayer a Lezama para mostrar su apoyo como adelanto de lo que hoy espera en La Catedral.
Y es que la imagen del Olímpico de Roma impulsando sin desmayo a sus jugadores en la ida y la crisis entre la Herri Harmaila y el resto de aficicionados evidenciada de nuevo el domingo frente al Mallorca están muy presentes entre la plantilla y el cuerpo técnico del Athletic. Para eliminar a la Roma no debe haber fisuras ni en el césped ni en la grada, y así lo reflejó el capitán rojiblanco. «Es muy importante que todos vayamos a una porque juntos somos más fuertes», una frase fundamental para lo que debe ser el partido de esta noche. Desde la unidad se debe construir el escenario ideal para que el Athletic salga al campo eléctrico, «con corazón como jugamos aquí pero teniendo claro cómo nos debemos de manejar ante un rival muy peligroso. Si nos vamos a ir los once al ataque y dejamos de vigilar a Dybala y Dovbik no hacemos nada», pidió Valverde.
Hora: 18.45
Árbitro: Clement Turpin
Intensidad y cabeza fría serán dos aspectos fundamentales en el desarrollo del encuentro para un Athletic que no debe caer en la precipitación de querer dar la vuelta a la eliminatoria por la vía rápida. La Roma demostró en el Olímpico que tiene muchos recursos, que cuenta con futbolistas de enorme calidad y que atraviesa un momento tan dulce que tiene máxima confianza en lo que hace. Pero el equipo rojiblanco también dejó claro que tiene armas para hacer daño al equipo que prepara Claudio Ranieri. De hecho, supo adelantarse en el marcador con el gol de Iñaki Williams y sólo la falta de acierto a la hora de controlar el partido desde ese momento permitió a la Roma dar la vuelta al marcador. Corregir ese aspecto será un elemento capital en un partido en el que el Athletic sabe que vivirá en el filo. Con la eliminatoria en contra, cualquier error puede ser decisivo, por lo que las palabras de Valverde de mantener la cabeza fría cobrarán más importancia si cabe.
Recomponer el once ante las bajas es otro de los grandes retos del técnico, que descartó la presencia de Oihan Sancet en el encuentro. «Será difícil que esté», reconoció el preparador al ser cuestionado por el futbolista navarro, que se ha ejercitado al margen esta semana en la recuperación de sus problemas musculares. No poder contar con el futbolista que marca las diferencias en este Athletic es un gran contratiempo, no hay que olvidar que el navarro suma 14 goles (13 de ellos en Liga) en 26 partido siendo mediapunta. Y su ausencia se evidencia más en los últimos encuentros en los que ni Berenguer ni Unai Gómez han podido aportar lo que ofrece Sancet cuando está en el campo.
Otro problema se ha creado en el eje de la defensa con la lesión de Vivián y la expulsión de Yeray en la ida, lo que obligará a Valverde a formar con Paredes y con Nuñez, un jugador que ha contado con muy pocas oportunidades desde su regreso al Athletic pero al que el técnico alabó porque «es un central de garantías que siempre cumple». Y de ahí, de la capacidad que tengan de compenetrarse y entenderse dos centrales con muy pocas horas de vuelo juntos esta temporada, saldrá una de las claves del partido. Dybala y Dovbik ya demostraron en el Olímpico de la ascendencia que tienen en el juego de ataque de la Roma y son dos futbolistas capaces de hacer mucho daño en el caso de que el Athletic se desarme si se lanza al ataque sin control.
El partido se jugará en el césped, se jugará en la grada y también en las calles de Bilbao, donde se extremarán las medidas de seguridad para evitar incidentes con la llegada de 400 ultras a la capital vizcaína acompañando al conjunto 'giallorosso'. El temor a posibles enfrentamientos ha llevado a la Ertzaintza a preparar un operativo especial con 400 agentes para minimizar el riesgo de enfrentamientos entre ultras. El Ayuntamiento de Bilbao, por su parte, ha pedido a los hosteleros más cercanos al campo para que hoy no monten sus terrazas.
¿El reto? Que el fútbol se imponga por goleada a posibles actos violentos y que al final del partido San Mamés sea una fiesta.
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