Cuarenta y cinco puntos tiene un Athletic que recibe en casa al farolillo rojo, con tan solo quince puntitos en su poder. Echando un vistazo ... rápido, el resultado a favor de los locales parece claro pero no debemos olvidar que uno de esos pocos puntos de los pucelanos lo consiguieron gracias a que el equipo de Valverde tan solo fue capaz de rescatar un empate en los instantes finales de un choque para olvidar.
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La tarde en ese partido de ida corresponde a una de esas salidas apáticas de los leones que gracias a su entrega final consiguen reconducir, pero un partido en casa siempre es distinto. Tres meses después el Athletic sigue mirando hacia arriba con opciones en Europa y buscando un puesto en Champions, mientras que el Valladolid está metido en apuros y su lucha por mantenerse en la categoría es complicada.
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El conjunto de Pucela cuenta sus últimos partidos por derrotas y llega a Bilbao con un nuevo hombre al frente de la nave. Álvaro Rubio es el elegido para cambiar el rumbo de este conjunto que mantiene su continua polémica con el propietario del club. El míster riojano ya sabe lo que es sentarse en el banquillo con estos jugadores, le deseamos lo mejor a partir de esta jornada, algo que se antoja complicado como entidad ya que Ronaldo llegaba en su día con gran expectación y lo que ha conseguido es llevarse continuas pañoladas.
Estas son las realidades de clubes que salen a la venta, no es el caso del Athletic, un club que se mueve por tradición, por historia, por familias unidas vistiendo una camiseta, una bufanda rojiblanca. Pueden salir mejor o peor las cosas pero nadie nos va a quitar la pasión por este club. Y hablo de afición y, por supuesto, también de jugadores.
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En esta ocasión nos toca digerir la despedida de otro capitán. Óscar de Marcos es un ejemplo de hacer las cosas 'a lo bajini'. Trabajo constante sin levantar la voz. Dieciséis años como rojiblanco consiguiendo llegar a ser el segundo jugador con más partidos en el Athletic, algo histórico. Todavía no es consciente de lo que ha conseguido, solo superado por el gran Iribar.
Pero aún le queda mucho por delante, la banda derecha tiene que seguir viendo sus tacos clavados en el verde lanzando asistencias demoledoras. El de Laguardia tiene que regalarnos todavía muchos detalles y grandes carreras con el objetivo de despedirse levantando un título, él afirma seguir soñando, igual que todos nosotros y nosotras. Una gran persona tiene que despedirse a lo grande, vamos a ir partido a partido, pero no dejemos de soñar.
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