El Athletic contacta con Laporte y le comunica formalmente que quiere ficharle

El siguiente paso va a tener que esperar unos días –el Al Nassr se presenta a mediados de este mes– y será delicado teniendo en cuenta la situación tan convulsa que atraviesa el club saudí, que no ha ganado ningún título, no se ha clasificado ni para la Liga de campeones asiática y vive un momento de máxima tensión e incertidumbre. Que finalmente haya conseguido renovar a Cristiano Ronaldo hasta 2027 ha sido un balón de oxígeno, pero las incógnitas siguen rodeando a un club en el que han sido cesados el CEO, Majed Aljaman, su último entrenador en una larga lista de técnicos fulminados, Stefano Pioli, y que tiene en el alambre a su director deportivo, Fernando Hierro. La Prensa de Riad, de hecho, ya lo da por amortizado.

En el Al Nassr se las gastan así. Digamos que no es un club convencional en el que las negociaciones discurren por unos caminos más o menos previsibles. Con ellos puede pasar de todo. En el pasado mercado de invierno, por ejemplo, pagaron 70 millones de libras por Jhon Duran, el joven delantero colombiano del Aston Villa, Pues bien, seis meses después ya le está buscando una salida. Y lo mismo se puede decir de Cristiano Ronaldo, el símbolo mundial del Al Nassr, que de estar casi fuera y buscando un destino en Europa ha pasado a renovar por 183 millones anuales y un 5% de las acciones del club; es decir, un contrato todavía más astronómico del que ya tenía.

El Athletic y los representantes de Laporte se encuentran a la expectativa; tan a la expectativa que, en este momento, no tienen ni siquiera claro quién va a ser su interlocutor en unas negociaciones que van a depender en gran medida de la voluntad de los saudíes. Su equipo está en un proceso claro de reestructuración. Quieren comenzar un nuevo proyecto en cuyo diseño, por supuesto, Cristiano va a tener un papel fundamental, al estilo de Leo Messi en el Inter de Miami. Pues bien, un futbolista como Laporte que entra en su último año de contrato, cobra 25 millones anuales y ya ha manifestado su deseo de irse no parece una pieza codiciada pensando en el futuro del club. El Al Nassr, en fin, ya da por amortizado deportivamente al defensa de Agen, por el que pagaron 30 millones al Manchester City. La duda es cómo actuarán ahora: si pedirán un traspaso o se conformarán con ahorrarse una ficha tan alta. La posibilidad de dejarle ir y además abonarle una parte del contrato que le resta, que sería lo ideal para Laporte, se antoja complicada.

A la espera de acontecimientos, hay algo indudable que, en estos casos, suele ser el presagio de un final feliz: el Athletic quiere a Laporte y Laporte quiere al Athletic. Para el club sería uno de esos fichajes sonados que suponen un verdadero puntal para una plantilla obligada a reforzarse por las bajas que va a tener en su defensa y, por supuesto, por la pérdida de Nico Williams. El exjugador rojiblanco es una garantía. Sus dos campañas en la Saudi Pro League, donde ha disputado 69 partidos y ha marcado nueve goles, no le han hecho perder nivel competitivo, como demostró con la selección. A sus 31 años, está en una edad perfecta para un central. Hablamos, por tanto, de un fichaje de largo recorrido y con un gran ascendente, por calidad y experiencia en la más alta competición, sobre sus compañeros.

Para Laporte, por su parte, sería un feliz regreso a casa. No es extraño que volver sea su prioridad por mucho que clubes como el Nápoles y la Juventus estén muy interesados en su fichaje. El internacional español de origen francés supo irse del Athletic a lo grande. De hecho, su manera de marcharse al City en 2018 dejando en caja 65 millones –cuando renovó en 2016 aceptó una subida de cláusula de 50 a 65– es aceptada como una de las más ejemplares que se recuerdan en el Athletic. Ahora quiere que su regreso también sea ejemplar. Y deberá serlo porque todo indica que para venir va a tener que hacer un sacrificio económico muy importante: perder 25 millones en una temporada con el Al Nassr para ganar la mitad en tres o cuatro en el Athletic. Algo así.