Heroico Rey y tendidos vacíos
La feria, que echa hoy el cierre con los Miura, lleva vista para sentencia desde hace días. El regreso de los toros a Vista Alegre ... tras tres años de ausencia por culpa de la pandemia quedará marcado por las pobres entradas -especialmente las cuatro primeras tardes y ayer- y la épica de Roca Rey, cuyo nombre quedará ligado de por vida a la historia del coso bilbaíno. El diestro peruano sufrió el jueves una aparatosa voltereta, conmocionó a la plaza, cortó tres orejas y se erigió como gran figura. Se jugó literalmente la vida tras completar una actuación dramática e imperial, que ayudó a elevar el ánimo de una alicaída afición que tampoco ha podido disfrutar de grandes exquisiteces artísticas.
Aparte de Rey, solo el extremeño Alejandro Talavante, que salió por la puerta grande en el quinto festejo tras realizar una faena salpicada de momentos excelsos, y Paco Ureña, que cortó dos orejas a base de una muleta poderosa y una firmeza encomiable, han salvado los muebles de una feria en la que fallaron también las esperanzas depositadas en los matadores debutantes.
Todo se ha puesto en contra de una renovada plaza cuyos espectadores dieron la espalda al esperado pero decepcionante regreso de los astados de Dolores Aguirre, muy mansos y descastados. Tampoco los exigentes toros de Garcigrande animaron las taquillas, que esperaban colgar el cartel de 'no hay billetes' en la corrida en la que no pudo comparecer Roca Rey.
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