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A sus casi 83 años, María Luisa Merlo, perteneciente a una de las grandes estirpes teatrales del país, se sube al escenario del teatro Campos ... Elíseos para ofrecer una nueva lección de magisterio. Pasa el tiempo pero las grandes estrellas mantienen su brillo por su capacidad para ganarse al público en un oficio que consiste, casi siempre, en pasar por quien no se es.
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A la madre de Amparo y Pedro Larrañaga y Luis Merlo le sobran tablas y, encima, el título de la función viene en esta ocasión ni que pintado. 'Mentiras inteligentes', que lleva de gira más de tres años recorriendo los escenarios españoles, es una «disparatada comedia de sexo, amor y secretos matrimoniales» que van quedando al descubierto.
En la función, la suegra de Maribel Verdú comparte protagonismo con Jesús Cisneros y se mete en la piel de una abnegada madre que se huele que algo va mal en su hogar. Decidida, se pone en acción e invita a su hijo y nuera a una merienda con el objetivo de descubrir los tejemanejes que se traen sus familiares.
El caso se desencadenará mientras su personaje busca la verdad, lo que da como resultado una serie de confesiones mayores e inesperadas. «La pieza es una historia de amor y matrimonios a largo plazo para bien... ¡y para mal!», confiesa la protagonista.
La función, sin embargo, va un poco más lejos y reflexiona también sobre lo que necesita la sociedad de hoy para ser feliz. «A veces no estamos contentos con las cartas que nos han tocado en la vida e intentamos encontrar la tan ansiada felicidad con aquello que nos falta: otra casa, otro coche, otro pelo o... ¡hasta otros amantes!», bromeaba ayer, junto a Cisneros, en el escenario que aún estaban retocando varios operarios. «La segunda opción siempre nos termina arrastrando hacia la insatisfacción permanente y la búsqueda constante de algo más. Nos obligará, además, a mentir para evitar algún que otro desastre. Y una mentira lleva a otra y a otra y en fin... ¿Quién de ustedes no ha mentido alguna vez?», se pregunta una artista a la que le sobran ganas para ahuyentar la jubilación de sus planes más inmediatos.
La actriz valenciana, que ha llegado a trabajar con una pierna rota, asegura vivir uno de sus mejores momentos. Disfruta de sus hijos y nietos, de un público que, casi siempre, acaba volviendo a clásicos como ella y también de Ana Escribano, la última mujer de su ex Carlos Larrañaga, con la que trabaja en la función. «Como amiga soy muy buena». se sincera.
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