

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Asier Bilbao es la fiesta en estado puro. Actuó una noche en La Pérgola y el resto de días en el Key, su pub de ... la calle El Cristo, donde actúa desde 1992.
- ¿Es el gran transformista de Euskadi?
- Solo uno más con distinta trayectoria.
- ¿Transformista o drag?
- Siempre transformista. Jamás me encontrarán con el disfraz cuando termino la actuación.
- ¿Cuántos años lleva travistiéndose?
- Empecé siendo menor de edad. Tendría 16 años. Lo dejé tres años por prescripción militar. Cuando volví, en 1992, descubrí que el pub Key estaba cerrado, que es donde había empezado, y lo retomé.
- ¿Por qué comenzó a transformarse?
- No es algo que fuera de la noche a la mañana. Yo soy de Bedia, soy arratiano. Le parecerá muy extraño, pero mi niñez fue muy feliz por las cosas que a mí me apetecía hacer.
- ¿Qué hacía?
- Mientras los demás críos jugaban al fútbol, yo cogía una toquilla de mi ama y me la ponía en la cintura. Seguramente dentro de las casas habría críticas, pero los chavales nunca fueron crueles conmigo, incluso jugábamos con toquillas. Me ponía a veces zapatos de tacón y salía a la calle.
- ¿Qué le decían sus aitas?
- Mi ama lo asumió muy pronto. Percibió que era diferente. Mi aita no lo quiso ver hasta que un buen día lo hablamos.
- ¿En un cara a cara?
- Sucedió de más mayorcito y no fue fácil. Hubo que demostrar cosas.
- ¿Qué tipo de cosas?
- Que este mundo del espectáculo, te hablo de los años 80, no estaba relacionado con la prostitución ni las drogas. Intenté hacerle ver que la noche no era eso, que tenía otras cosas.
- ¿Se distanció de su familia?
- No. Con cuidado y cautela, como se puede arrimar un tigre a una cabra parar cazarla, fue como me fui acercando a los familiares. Vivía con mis padres y les explicaba que no había nada marginal en lo que hacía, que tampoco había prostitución de por medio.
- Tantas y tantas explicaciones.
- Tampoco que no tenía nada que ver con el vicio que se decía entonces que practicábamos los 'ma-ri-co-nes'. La palabra gay no existía en aquella época. Era como muy tabú todo. Para los heterosexuales, sobre todo, parecíamos un mundo muy oculto. Somos, sufrimos y padecemos exactamente lo mismo que todos y todas.
- ¿Y a qué mujeres empezó a imitar?
- Tuve claro que nunca haría imitaciones. Mis referentes eran masculinos, curiosamente de épocas incluso anteriores.
- ¿Como quiénes?
- Gente como el grandísimo El Titi o Bambino, referentes de la España profunda. Me fascinaban esos hombres a los que no les daba la gana dejar claro lo que eran o dejaban de ser. Eran ellos, ellas o 'elles'.
- ¿Qué mujeres proyectó por primera vez en su vida artística?
- Las mujeres que han llenado mi vida de emociones han sido mis hermanas, mi madre y mis amigas.
- ¿A quién replicaba en el escenario?
- Nunca he hecho ni a 'la Pantoja' ni a 'la Jurado'.
- ¿Se hacía la ropa que lucía?
- No, no, es muy complicado.
- ¿Por qué a tantos hombres les gusta vestirse de mujer?
- Las personas tienen muchos morbos escondidos que a veces parecen inconfesables. Hay tanto por descubrir que no es pecado, pese a lo que diga el clero.
- ¿Tiene fecha de caducidad?
- ¿Yo? Sí. El día que me jubile acabará todo.
- ¿Le queda mucha mecha aún?
- 10, 12 o 14 años.
- ¿Los transformistas más jóvenes vienen apretando fuerte?
- Las posibilidades en esta ciudad son mínimas. No hay locales para este tipo de espectáculos. Ya no está aquel Bilbao de los 80. Había 8 salas de fiestas y 15 pubs que programaban espectáculos todos los días de la semana.
- ¿Se siente libre?
- Absolutamente, solo soy prisionero de mi trabajo.
- ¿Marca territorio?
- Siempre lo he hecho. Es la única manera de que la gente te respete.
- ¿Qué batallas libra hoy en día?
- La de estar muy en paz con las cosas que me rodean y la política, que nos interesa a todos.
- ¿El prestigio le trae al pairo?
- Yo a Bilbao no le he dado nada, y Bilbao, en cambio, me lo ha dado absolutamente todo.
- Una curiosidad. ¿Asier Bilbao no es su verdadero nombre, no?
- Asier, sí, Bilbao, no. Llevo a Bilbao en el corazón. Aunque soy arratiano, los críos de mi quinta jamás tiraban para la villa. Iban a Igorre y Zeanuri a divertirse los fines de semana. Cuando vi que era diferente, mi única opción y alternativa estaba en Bilbao.
- ¿Por qué?
- Ser gay en pueblos de 800 habitantes en los años 70 y 80... Te convertía en diferente.
- Dicen que es la nota de color del PNV.
- Ja, ja. Me parece genial que un simpatizante o votante, del partido que sea, no lo vaya contando. Pero es que yo sí estoy afiliado.
- ¿Al PNV?
- Para que mi cabeza esté tranquila, yo me obligo a decir 'señoras y señores, esto es lo que me gusta'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.