David Otero se pide a Dani Martín en Abandoibarra
El que fuera guitarrista de El Canto Del Loco, en cuarteto rotundo explotó éxitos de estos como 'Volverá', 'Insoportable' o 'Besos' en una explanada con la peor entrada de la semana
Se acabó la fiesta este sábado en lo que respecta a los conciertos de la programación oficial preparada por el ayuntamiento para una Semana Grande ... que está dando sus últimos coletazos. Da la sensación de que han funcionado bien la mayoría de los ellos, pero se echan en falta dos factores melómanos: charangas por las calles, que son la verdadera expresión de la música popular, y la banda municipal en la plaza de toros, pues comparas nuestro panorama con Alfaro y este pueblo riojano nos gana por goleada.
Da la sensación de que nos encontramos en un fin de ciclo, no sólo porque ya no vendrán nunca más a torear a Vista Alegre ni Ponce ni Hermoso de Mendoza padre (nos alegramos de que el navarro saliera a hombros en su temporada de despedida). La fórmula festiva general está sobredimensionada, la musical sufre crisis de agotamiento y en parte está absorbida por las txosnas, cuyos conciertos a su vez están sobrevalorados por razones evidentes: de comodidad de los espectadores, de calidad de sonido y de visibilidad, y de mera seguridad (y esta vez no nos referimos a que te pueden robar el móvil). Y no es de recibo que se programen cuatro conciertos principales institucionales a la misma hora de la noche. Eso más bien es una paletada. Hay que esparcir los directos por la plancha horaria diaria desde ya. Bueno, desde 2025.
El sábado, último día de grandes conciertos, había cuatro en el programa oficial a la misma hora: funk español con Slide en la Plaza Nueva; un fiestón neochundero para joveznos en el Parque Europa con varios participantes, entre ellos Lérica y La Beba; una tentadora dupla en La Pérgola con Jeanette y Juan Bau; y lo que reseñamos en este texto, la actuación de David Otero, ex El Canto Del Loco, en Abandoibarra, explanada que con él cosechó su peor entrada con mucha diferencia. En los siete conciertos de Abandoibarra no ha habido apreturas: en el primer día, el de Edurne, por culpa de la lluvia; la amenaza de ésta menguó la asistencia a Barón Rojo con la Banda Municipal; y nos sorprendió que no metieran más gente Nogen e Izaro.
Vimos a David Otero en la Sala BBK en marzo de 2022, cuando íbamos aún con mascarillas. Sólo atrajo a 75 personas, cuando su primo y cantante de El Canto del Loco Dani Martín por esas mismas fechas metió a 11.000 en el BEC, o sea 150 veces más. Entonces David dio un buen concierto en trío (a la batería Carlos Gamón - estuvo en la última etapa del Canto -, a las teclas Maite González, más él a la voz y guitarra), divulgando su disco 'Otero y yo' (2021), presumiendo de que todo lo que oíamos estaba tocado al 100 % por seis manos y seis pies, y siendo educado y hasta simpático, aunque dolido en el fondo por haber sido dejado de lado por el éxito.
Y este sábado David dio un concierto parecido, pero en cuarteto, con Manolo Mejías al bajo, con un sonido de mucho empaque, poderoso, y a menudo de origen power-pop. El repertorio se distribuyó de manera similar que en la BBK: originales de Otero (también temas de su etapa bajo el alias de El Pescao: 'Castillo de arena' y 'Buscando el sol'), versiones de El Canto Del Loco, y pasaje acústico en solitario con gran peso de ECDL también. Y esta vez David hizo referencias ya más naturales a su primo Dani Martín, contando alguna historieta, diciendo en una ocasión de coros comunitarios «yo me pido a Dani Martín y os dejo a David Otero a vosotros, ¿vale?»), e interpelando al público a mitad de algún estribillo con un 'qué', igual que hace Dani.
Desde el primer instante del concierto el sonido fue nítido y potente. Y aunque hubo sirimiri de modo esporádico, nadie se fue («estoy intentando no electrocutarme», exageró el cantante, sobre el peligro del agua y los aparatos eléctricos). Y saludó David: «Guau, pasamos por infinidad de sitios, viajamos muchísimo, pero tocar al lado del Guggenheim y frente a la ría es una suerte». Y en su despedida halagó: «Vaya 'publicazo', gente guapa y con ganas de divertirse».
En Abandoibarra, en 98 minutos que se nos volvieron a pasar a toda mecha, Otero tocó 22 temas, la mitad del Canto, entre ellos los cuatro acústicos en solitario que abrieron el bis. Además recuperó un par de El Pescao, el proyecto que puso en marcha tras la marcha de Dani Martín del Canto y la disolución del grupo ('Castillo de arena' y 'Buscando el sol'), y estrenó un par de temas nuevos que se supone entrarán en su próximo álbum, 'Inteligencia natural', tomen nota: 'Deslízame', una canción satírica (el adjetivo es suyo) sobre contactos en las «redes de ligues. ¿Tenéis Tinder? Ahora no levantáis la mano, ¿eh?», preguntó David antes de un rock de garaje cuya letra en un verso se refiere a Nick Cave, Lori Meyers y Ferreiro (son lo que le gusta a un anunciante), y la otra nueva fue la última antes del bis, 'Con pocas ganas', un pop.
Fue un concierto tan sincero como sencillo en su pop-rock: abrió con 'Estrellas y fantasmas', a la segunda 'Tal como eres' de ECDL nos evocó a The Del Fuegos, ese grupo de Nuevo Rock Americano, y a la cuarta, 'Loco de amor', intentó la interacción con el respetable de manera que nos hizo temer se tirara todo el rato este toma y daca («el 30 % está cantando, ahora el 50 %, el que cante que levante la mano, el 80 %...»), pero no nos hundimos en estos rellenos.
Otero facturó pop como el de Hombres G ('Azul y blanco'), quizá la cima de la cita fue el ska-reggae-pop 'Una vez más' (aunque él aseguró después que la cima sería 'Insoportable' de ECDL, que fue cuando soltó lo de que él se pedía el rol de Dani Martín), y del Canto cantó seguidas 'Peter Pan' (suspiró antes de empezarla) y la más para fans fatales 'Aquellos años locos' («¿a quién le gusta ECDL?, ¿quién dice que se sabe todas sus canciones?, mentirosos, eso es imposible… Esta es para muy frikis, y la letra trata de mi generación, que puede ir del 78 al 83, de cuando no había redes sociales ni Instagram, de cuando no teníamos más que tebeos, una peli en La 1 o La 2, y los amigos»).
Más power pop en la diana fueron 'Me enciendes' y el 'Volverá' de ECDL, y el principio del bis se estructuró cual monólogo con cuatro revisiones del Canto ('Zapatillas' la entonó la concurrencia porque Otero confesó: «no me hace ilusión cantarla») entre anécdotas graciosas y manejo del entorno (cómo jugó con la pantalla lateral: que no sabía porqué a veces mirábamos a la derecha), hasta que llegamos al bis con pop minimal ('Baile') y la despedida con 'Una foto en blanco y negro' de El Canto Del Loco, antes de la cual deseó volver pronto a Bilbao, a una sala, y asegurando que lo pasaríamos mejor. ¿Le traicionaría el subconsciente, pensaría que la lluvia le había restado público? Es que la de la asistencia sería la única cosa que no salió del todo bien.
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