La Aste Nagusia no quiere multitudes: el año con menos conciertos de artistas de relumbrón
La suspensión del primer concierto en Abandoibarra es el peor arranque posible de una Aste Nagusia con banda sonora de nivel, pero con rostros poco conocidos
La banda sonora de esta Aste Nagusia empieza con un importante desafine. «Por problemas técnicos en el montaje del escenario», el triple concierto de Kai ... Nakai, Maren y Olatz Salvador no ha podido ser la inauguración del escenario de Abandoibarra. Mal comienzo para un cartel que desató críticas por incluir a un buen número de artistas poco conocidos para el gran público.
A Marijaia le gusta la buena música, pero no tanto las grandes multitudes. Esta Aste Nagusia contará con un repertorio de nivel, aunque sin grandes estrellas. Lo comercial no pasará por el botxo. El Ayuntamiento de Bilbao ha optado de nuevo para estas fiestas por solistas y grupos interesantes sin tanta repercusión como en las décadas anteriores. Una tendencia que parece haber venido para quedarse. ¿La razón? Aseguran que no es tan fácil encontrar músicos que quieran actuar en espacios con entrada libre y que prefieren evitar las aglomeraciones, especialmente en Abandoibarra, donde en ediciones pasadas los accesos se han visto desbordados.
Si bien es cierto que la calidad artística no se mide en números, es casi inevitable no pensar en la discreta repercusión de algunos de los músicos que ocuparán estos días los dos escenarios principales de Aste Nagusia. Rozalén, la gran estrella de estas fiestas, cuenta con más de tres millones de oyentes mensuales en Spotify, pero al menos un tercio de los músicos no superan la barrera de los 100.000. Incluso hay quien se queda en las 10.000 escuchas totales. Son cifras nada desdeñables, sobre todo para quienes trabajan por abrirse camino.
Sin embargo, estos dígitos quedan muy lejos de grandes nombres propios que visitaron las fiestas hace dos décadas. Iggy Pop, Pet Shop Boys, Manu Chao, Pogues y Juanes, pocas semanas antes de recoger cinco Grammys, son algunos de los grandes nombres internacionales que han hecho bailar a Marijaia. Aunque no hace falta irse tan lejos. En esta edición también se echan de menos artistas nacionales de la talla de Amaral, Fito, Mónica Naranjo, Manuel Carrasco, Malú, Lola Índigo o Leiva, entre otros. Vinieron en su día y llenan multitudinarios recintos como el BEC o el Bilbao Arena cuando visitan la ciudad. Probablemente, este sea el año con menos nombres conocidos por el gran público desde que los conciertos llegaron a la Semana Grande. Para disfrutar de espectáculos así en la ciudad, hay que pasar por caja para sus giras o hacerse con un abono del Bilbao BBK Live, donde sí tienen cabida las estrellas internacionales. Y al margen del talonario, un show de alguien de la talla de Jennifer Lopez sin control de aforo sería un peligro en la explanada del Guggenheim. Cuánto se echa de menos Botica Vieja.
Calidad
Junto a Rozalén, el nombre de Coque Malla eleva el nivel musical de las fiestas. Este año no contarán con tantas canciones que suenan habitualmente en las radios, pero para algunos serán una gran oportunidad para conocer a nuevos artistas. Muchos de ellos, por cierto, vascos. Es la banda sonora más euskaldun que se recuerda. En su año de despedida, Gatibu es un éxito asegurado en el Parque Europa. Sorotan Bele regresa como nunca antes con la Banda Municipal, y Dupla y Janus Lester ofrecerán una propuesta potente y juvenil. La banda del Duranguesado Shinova, tras triunfar durante varios veranos en los principales festivales, recalarán junto al Guggenheim apenas unos meses antes de actuar en el Movistar Arena, uno de los mayores recintos de Madrid.
La variedad de géneros y perfiles ha sido siempre uno de los puntos fuertes del programa musical festivo. Propuestas para todos los gustos y edades. En esta ocasión el rock corre a cargo de Linaje, liderada por Aarón Romero, hijo del inconfundible Kutxi de Marea. La emotividad de la nostalgia será cosa de Mocedades, que unirá fuerzas con la Orquesta Sinfónica de Bilbao. El grupo emergente escogido para animar a la juventud es Alcalá Norte, que con su disco debut están teniendo un crecimiento exponencial. Se echa de menos, eso sí, la presencia de géneros como el rap, que en su día sí que tuvo espacio con grupos como La Excepción y Violadores del Verso. También se ha perdido la figura del 'artista infantil' que llegó a traer algún concierto vespertino para los txikis. Pero si nada de esto le convence, déjese caer por La Pérgola, la Plaza Nueva o los escenarios de las txosnas. Hay más de un centenar de opciones. Malo será que no haya nada que le guste.
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