
Carlos Benavídez | Jugador del Deportivo Alavés
«Aprendí que nunca hay que preguntarle al entrenador por qué no me pone»Secciones
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Carlos Benavídez | Jugador del Deportivo Alavés
«Aprendí que nunca hay que preguntarle al entrenador por qué no me pone»Con solo 25 años, Carlos Benavídez (Montevideo, 1998) tiene poso de jugador veterano. «Sé que nunca es bueno lesionarse pero...». Dicen que el orden de ... los factores no altera el producto, pero esta declaración llena de aplomo y naturalidad dilucida los porqués de que el charrúa sea un jugador tan respetado en el vestuario del Deportivo Alavés, en el que fue nombrado capitán a los dos meses. «A mi me enseñaron que nunca hay que preguntar a un entrenador por qué no me pone», declara posteriormente para acabar de dilucidar el tipo de jugador y persona que es. Se muestra educado, risueño, alegre y profesional. Ni rastro de la etiqueta de duro que le acompaña sobre el campo. «Alguien tiene que estar ahí para hacer el trabajo sucio».
– ¿Cuál es su secreto para parecer un jugador maduro con solo 25 años?
– Subí muy joven a la Primera de Uruguay y me ha tocado compartir con gente grande. Y les agradezco los valores que me han enseñado, porque me hicieron crecer. Y luego, sé que no es bueno lesionarse, pero a mí las dos roturas de cruzado me hicieron crecer muchísimo en lo personal.
–¿En qué piensa uno cuando está retorciéndose de dolor en el césped?
– Te sientes solo. Hay gente alrededor pero ya estás solo. Ahí la familia ejerce un rol fundamental y te hace crecer en lo personal porque valoras cosas que de pequeño no hacías. Y ahora disfruto mucho más de lo que amo, de jugar al fútbol.
– ¿Trabajó el aspecto mental?
– Sí, por más que hables con la familia necesitas desahogarte por otro lado porque son muchas cosas las que se vienen, le das vuelta la cabeza pero con ayuda se sale.
– Cuando se interesa el Alavés por usted estando lesionado. ¿Qué sintió?
– Yo ya había estado hablando antes con ellos, y le di mi palabra a Sergio. Después surgió mi última lesión y se frenó. Pero me puse a buen nivel de vuelta y pude llegar. Es bonito que sigan confiando en uno, porque para ellos era una apuesta después de una grave lesión y nunca dejo de agradecerle al club su trato y su oportunidad.
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– La temporada pasada arrancó a un gran nivel pero tuvo un par de entradas a destiempo que empezaron a complicar todo. Pero en el play off un jugador más sereno. ¿Es así?
– Sí. Tuve un gran inicio. Me sentí muy bien y el grupo me ayudó para soltarme. Luego tuve el exceso de adrenalina contra el Zaragoza pero después lo he ido trabajando con el psicólogo, con Emilio, para tratar de controlarme y creo que ahí he crecido bastante. Me ayudó para acabar la temporada de buena manera.
– ¿Cómo se trabaja eso?
– Hay varias maneras pero sobre todo el tema de la respiración. Mi esencia es jugar al límite, me gusta ser agresivo y transmitirlo para que el equipo se mantenga fuerte pero en ciertas partes del campo hay que controlar. Y para eso está bien enfocarse en la respiración.
– ¿Entendió que dejara de jugar a partir de enero con el fichaje de Antonio Blanco?
– Sí. Siempre lo entiendo. El míster buscaba otras cosas y salió bien. Lo hizo de buena manera. al final me tocó alternar y estuve a buen nivel. Siempre hay que estar preparado, no bajar los brazos y demostrar estar a la altura.
– ¿Qué explicación le dio el míster?
– No busqué explicaciones. Me han enseñado que uno no pregunta cuando lo ponen por qué lo ponen y cuando lo sacan por qué lo sacan. Eso mucho menos. Así que uno siempre tiene que estar enfocado en sumar en donde toque, eso es fundamental. También por ser reflejo de los más jóvenes. Yo también soy joven pero creo que tengo un poco más de experiencia y es fundamental seguir entrenando fuerte para que luego no se note que estuviste parado.
– ¿Está contento con que se considere trabajo sucio lo que hace el pivote defensivo?
– Sí, no hay problema. Yo me identifico como raspador. Es así y me gusta. Aunque sea sacrificado y no se vea, alguien tiene que estar ahí para sostener al equipo. A mi no me molesta que me digan lo de trabajo sucio.
– ¿Qué referentes futbolísticos tenía?
– De chico siempre Ronaldinho. Salías a jugar y narrabas 'la lleva Ronaldinho, regatea a uno, a otro', eso siempre. Pero después, te vas haciendo más defensivo y a mi me gustaba mucho Gattuso. Su marca, su agresividad, me gustaba mucho. Y luego Iniesta, creo que es una locura. Y Busquets.
– ¿Siempre fue mediocentro?
– Sí, pero cuando subí a Primera en Uruguay me subieron como central. Lo puedo hacer pero siempre me desarrollé como mediocentro. En el 5 o en el 8.
– Se va presentar en Primera, a ojos de todo el mundo, con la etiqueta de jugador duro. ¿Le puede cohibir o le va a motivar aún más?
– Contra Madrid y Barcelona, la motivación es extra. Quién diga que no te está mintiendo. Jugaré a tope y no perderé mi esencia. Eso será fundamental.
– Ha vuelto Blanco y se busca otro mediocentro más. ¿Qué siente ante tanta competencia?
– Es bueno. La temporada es muy larga y eso nos ayudará. Tengo a mi alrededor gente con calidad y nos dará varias opciones para diferentes partidos.
– ¿Cómo es jugar con gente como Guevara que mima el balón?
– Es muy bonito. Es gente que sabe manejar el balón y después de hacer el trabajo sucio, dársela a Ander, Guridi o Antonio me da una tranquilidad extra.
– Tras el ascenso, este periódico avanzó su renovación hasta 2026 con una cláusula de 20 millones. Eso le pone ya al nivel de los buenos jugadores.
– La verdad que un poco sí, pero trato de tener los pies en la tierra y no pensarlo. Si a futuro al equipo le va bien, a mí me va a ir bien y ayudaré al club en gran parte por ese lado, el económico, pero ahora pasa a un lado secundario y haciendo las cosas bien, dará sus frutos.
– ¿Este verano, cuando ha vuelto a Uruguay, que le ha dicho la gente?
– Muchas felicitaciones por el objetivo. Fue muy bonito y me hicieron sentir muy gratificante.
– ¿Por qué allí sale tanto futbolista?
– Somos poquitos pero andamos por todos lados. El país tiene mucha hambre. Los campos no son muy buenos, algunos clubes no tienen el mejor material y cuando damos el salto y vemos cosas bonitas, nos hacen esforzarnos tres veces más de lo que somos y en gran parte es por eso.
– Ganó un sudamericano sub-20 jugando con gente consagrada como Rodrigo Bentancur o Matías Viña. ¿Sueña con ser internacional absoluto?
– Sí, siempre. Haciendo las cosas bien, te plantas en las puertas y se abrirán cuando sea. Yo esperaré la oportunidad.
– En aquel campeonato fue de los destacados, pero se perdió la final.
– (Mueve la cabeza con una sonrisa traviesa). Me la perdí por acumulación de amarillas pero el equipo rindió de gran manera.
– ¿Qué le queda grabado del ascenso?
– La identidad que construimos con el grupo. No tiene comparación alguna. Y luego el festejo me va a quedar para toda mi vida. Ver a la ciudad tan contenta es un recuerdo muy hermoso.
– Se le considera un jugador clave dentro del vestuario. ¿Por qué?
– Porque me gusta hacer equipo. La unión y la fortaleza mental entre todos juntos te da muchísimas cosas en el césped y en el día a día, que es largo. Es algo fundamental. Trato de ponerme a disposición para lo que sea. Compito al máximo siempre para estar preparado yo y el resto. Y luego entre risas.
– Usted y Rioja dicen ser los reyes del ping-ping en Ibaia. ¿Alguno de los nuevos puede hacerles sombra?
– Aún no hemos jugado, pero ya ha habido algunas charlas calentando el ambiente. Seguro que al volver vamos a jugar unos partidos. Yo el otro día en los karts pasé un buen rato pero se me da mejor el ping-pong (rie).
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