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El partido contra Osasuna del sábado (21.00 horas) será una jornada de despedidas en Mendizorroza. Al margen de la probable salida de los futbolistas ... que finalizan contrato -sobre todo Abqar y Kike García- o por las dudas con el propio inquilino del banquillo, el Chacho Coudet, existen casos de futbolistas con un rol más secundario -véase la situación de Sedlar, cuyo vínculo expira en un mes- que apuntan a ser definitivas. También será un adiós para los cinco jugadores cuyo préstamo termina en unos días: Manu Sánchez, Joan Jordán, Carlos Martín, Pau Cabanes y Carles Aleñá. Aunque cada caso ofrece sus particularidades, no será nada sencillo volver a alguno de ellos con la camiseta del Deportivo Alavés el próximo curso.
Primero, porque ninguno de ellos cuenta con una opción de compra en sus respectivos acuerdos de cesión. Tampoco la obligación en caso de cumplir determinados objetivos. Una situación contra la tendencia futbolística actual, pero más sencilla de explicar en base a dos factores. En algunos de casos la fórmula que propició el acuerdo entre ambos clubes era la más conveniente en caso de que el préstamo no resultase como se esperaba. Que, si salía mal, el escenario no fuera comprometido. En otros casos, el movimiento solo se entendía como un salto estratégico a un nivel más modesto antes de regresar a casa más curtidos en las exigencias de Primera. De esta forma, en cualquiera de los casos el Alavés estaría obligado a entablar una nueva negociación si apuesta por volver a contar en plantilla con alguno de esos futbolistas.
Eso dependerá de factores que van desde las condiciones económicas que puedan plantearse en otra negociación al panorama que se encuentren estos jugadores en su regreso a casa. También del balance que haga la entidad albiazul de su desempeño, toda vez que ninguno ha vivido una temporada de total continuidad a pleno rendimiento. De los cinco, no hay ninguno que ilustre mejor esa tónica general de irregularidad que Manu Sánchez. Su temporada ofrece dos caras muy contrastadas: una primera vuelta marcada por sus errores y una delicada sensación de inseguridad pero una segunda en la que se ha consolidado como un lateral izquierdo de plenas garantías para el equipo tanto en su parcela como a la hora de sumar en ataque. Tiene aún tres años más de contrato con el Celta, aunque el hecho de que el conjunto gallego cuente con un bloque consolidado así como la falta de confianza mostrada en él el curso pasado por el técnico, Claudio Giráldez -uno de los motivos que propiciaron su cesión-, hace que pueda volver a situarse en el escaparate. A sus 24 años, combina juventud con experiencia en una competición de máxima exigencia.
Sánchez, que este curso solo ha contado con la competencia del reconvertido Diarra, es el quinto jugador de la plantilla con más minutos (2.520). Son mil más que el segundo cedido con mayor protagonismo, Joan Jordán (1.414). El suyo fue un préstamo que generó elevadas expectativas, pues combinaba calidad con experiencia y fue visto también como la guinda a la plantilla. Pero ha acabado por deparar más momentos de dudas que encuentros positivos. Su calidad, sobre todo en el golpeo, ha estado fuera de toda duda, pero ha sufrido para imponerla en un fútbol a ritmo alto. Aunque su gol de penalti ante el Valencia resultó clave en la permanencia. Su elevado salario en el Sevilla, donde tiene dos cursos más de contrato, también ejerce de elemento disuasorio. En cualquier caso, su continuidad en el Sánchez-Pizjuán también se antoja improbable, por lo que afronta un verano de incertidumbre.
Algo similar sucede con Carles Aleñá, también con un contrato considerable en el Getafe -aunque en su caso solo le resta un curso más-, pero que no cuenta con la confianza plena de José Bordalás. Bien es cierto que la posibilidad de que el técnico sea candidato a dejar el banquillo del Coliseum puede cambiar el escenario. También es un hecho su total protagonismo en los planes de Coudet. El técnico le ha entregado la banda izquierda desde su llegada. Aunque su perfil está lejos de ser el de un extremo -en una parcela en la que Conechny tiene contrato y Abde puede regresar si no sube el Granada-, lo que también podría cambiar esa cuota de protagonismo si Coudet no sigue. En apenas media temporada ha superado el millar de minutos (1.004).
Otro escenario es el de Carlos Martín y Pau Cabanes. Ambos buscaban en Vitoria su trampolín, aunque ninguno de los dos ha logrado disipar todas las dudas y gozar de continuidad. Bien es cierto que el primero (1.324) ha protagonizado algunos momentos positivos -autor de dos goles en Liga- en una posición, el extremo izquierdo, que no estaba llamado a ocupar en un primer momento. Pero también ha perdido mucho peso en el tramo final de la temporada; no en vano, se mantuvo inédito en los duelos ante el Valencia y el Valladolid.
La del segundo (186) fue una apuesta en el mercado de invierno por un jugador muy joven y bien considerado en el Villarreal, pero el contexto de necesidades del Deportivo Alavés apenas ha invitado a que tenga minutos en la banda derecha del ataque. Ambos apuntan ahora a buscar otro proyecto que les permita dar el salto que no han logrado dar con la camiseta albiazul.
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