Vitoria trunca su tendencia y pierde por primera vez 6.285 abonados a sus complejos deportivos
La pandemia afecta al deporte en grupo tan arraigado en la capital y miles de vitorianos han abandonado gimnasios e instalaciones cubiertas para lanzarse a prácticas en solitario y al aire libre
Judith Romero
Martes, 2 de febrero 2021, 23:00
La llegada del Covid-19 y los confinamientos, cierres y restricciones derivados de sus consecuencias han modificado la forma de ejercitarse de los vitorianos. Las ... instalaciones deportivas municipales perdieron en 2020 un total de 6.285 abonados, una importante bajada tras haber alcanzado su máximo histórico de socios con 97.509 inscritos en 2019. A 31 de diciembre de 2020 había 91.224 personas abonadas.
Hace dos años el 38,2% de la población tenía en su poder una Tarjeta Municipal Ciudadana. Sin embargo, el número de bajas alcanzó las 8.751 en el año en que las mascarillas comenzaron a formar parte del día a día. El número de abonados a las instalaciones deportivas creció de forma constante durante la última década impulsada también por la apertura del centro cívico de Zabalgana en 2017. Sin embargo, el cierre de estos equipamientos durante casi un tercio de 2020 unido al temor de un posible contagio ha provocado que parte de los vitorianos se ejerciten en casa, corran por avenidas y parques cercanos o cambien de gimnasio.
97.509 residentes en la capital alavesa tenían un carné blanqui-verde en su poder a finales de 2019, un 38,2%del total de la población. El número no había dejado de crecer durante la última década
MÁXIMO HISTÓRICO
«Negocios como el nuestro no están siendo el origen de brotes de contagios, pero los usuarios buscan sentirse seguros», señala Javier Velasco, director técnico del Gimnasio Atlas. Como tantos otros centros deportivos sus socios se han reducido en un 40% desde el inicio de la pandemia –la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas asegura que las pérdidas llegan al 60%–, pero en Atlas también han detectado algunas caras nuevas en los últimos meses. «La mayoría son jóvenes de entre 16 y 30 años, quienes menos miedo tienen .Otros provienen de gimnasios más estrechos o con peor ventilación», explica su responsable. La cara opuesta de la moneda es la de los deportistas mayores de 50 años, los más reacios a volver a sudar rodeados de personas de otras unidades convivenciales. Se reducen las sesiones de ejercicios como gimnasia postural o de mantenimiento, pero, según defienden en el sector, la atención al resto de usuarios resulta beneficiada ya que el número de grupos y monitores se mantiene para evitar reagrupar a los clientes en espacios pequeños.
«Algunas de las personas que se han apuntado en los últimos meses han dejado de nadar en los centros cívicos», revela Iñaki Rubio, gerente del K2. El abandono de la práctica deportiva en los gimnasios empeoró todavía de forma más drástica en noviembre, cuando las restricciones obligaron a cerrar las duchas y vestuarios de estos locales. «La medida nos hizo daño porque impide que se apunten personas que, por ejemplo, solían venir antes de acudir a su puesto de trabajo», denuncia Rubio, consciente de la importancia de aplanar la tercera ola.
Amplitud y separación
Las esperanzas están puestas en el final de la pandemia. «Los clientes que se han borrado nos prometen que volverán cuando todo termine. Aunque hay quien piensa que esta situación va a hacer que la gente prescinda de los gimnasios, estoy convencido de que la gente querrá volver a hacer deporte en compañía», anima Ángel Vizuete, al frente de Fitness Gasteiz. Su empresa ha llevado a cabo obras en las instalaciones para separar las máquinas de ejercicio lo máximo posible, incluso designando salas de cardio para que, quienes estén temerosos o sufran de patologías, puedan entrenar casi en solitario. Y pese a los cambios de tendencia y la bajada de la afluencia en los gimnasios privados y municipales, también hay negocios que han resistido el envite de esta crisis. El Estadio, por ejemplo, apenas ha perdido 306 de los 19.701 abonados que tenía en 2019, una cifra en sintonía con la de los últimos años. «Percibimos menos gente en las instalaciones en el día a día, pero la comunidad es fiel y esperamos que las cifras se mantengan», agradecen.
Un 42,5% menos de inscritos en los centros cívicos, con aforo reducido
Los centros cívicos han pasado por distintas fases desde marzo de 2020. Al cierre total le siguió una apertura con restricciones que aún siguen vigentes y, en muchos casos, han provocado que los aforos de algunas actividades se hayan reducido a la mitad. 32.027 personas se inscribieron en cursos en la temporada 2019-2020, que transcurrió con normalidad entre octubre y marzo. No obstante, la cifra se ha reducido en un 42,5% hasta alcanzar las 13.634 personas. Determinados servicios como los sociales o la atención ciudadana permanecieron abiertos casi desde el inicio de la crisis, y las bibliotecas, piscinas, ludotecas y cursos se pusieron en marcha de nuevo paulatinamente. Estos últimos se retomaron en septiembre con una nueva programación mensual para hacer más flexible esta formación en previsión de posibles nuevos confinamientos. En caso de un cierre total de la actividad, el Ayuntamiento de Vitoria prevé desarrollar 'online' los recursos de las ludotecas, charlas, conferencias y, por ejemplo, las clases de euskera. Además, se han establecido citas previas para evitar aglomeraciones en los servicios sociales, la atención ciudadana y la natación libre en piscinas, y el Consistorio hace una valoración positiva de la experiencia. En total se registraron cerca de 5.400.000 accesos a los Centros Cívicos a lo largo de 2020. «Queremos garantizar que las personas con menos recursos puedan acceder a la cultura, el ocio y el deporte», afirma Borja Rodríguez, concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Centros Cívicos.
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