Los vecinos de Bernedo se reúnen con los monitores: «Agacharon la cabeza cuando les recriminamos cómo actuaron»
Ocho instructores se citan con una veintena de residentes para justificar su «forma de educar» y estos les reprochan «que anduvieran en toples»
A los vecinos del apacible Bernedo no les gusta el ruido. Pero el polémico campamento ha subido los decibelios a niveles desconocidos en este sosegado ... y envejecido municipio de la Montaña Alavesa de 200 habitantes, poco acostumbrados a reuniones como la que tuvieron ayer. El pueblo estaba convocado a las siete de la tarde en el antiguo ayuntamiento, donde ocho monitores iban a explicar lo sucedido este verano en el polémico udaleku. «Pero para lo que comentaron, mejor ni vengo», soltó un asistente nada más salir.
A la cita acudieron una veintena de vecinos y tres periodistas de EL CORREO a los que David Antoñana, el presidente de la junta administrativa –el órgano que alquila los locales a la asociación Sarrea para celebrar el campamento–, les echó de la sala antes de empezar: «Esto es solo para los del pueblo». Este diario intentó sin éxito hablar con alguno de los monitores presentes.
El encuentro duró media hora y, por lo que comentaron varias personas a su término, las siete educadoras y el compañero que comparecieron apenas acertaron a justificar su actuación en los campamentos de verano, ahora judicializados por presuntos delitos sexuales y que acumulan ya diecinueve denuncias de las familias de los chavales.
«Han venido por la exposición mediática y a pasar el trago, como un hijo que sabe que lo ha hecho mal y se come la bronca. Se les ha recriminado a las chicas que fueran en topless de aquí para allá por el pueblo, pero han defendido todo el rato su forma de educar. Aunque cuando les hemos insistido, han agachado la cabeza», compartió otro de los pocos vecinos que habló al finalizar el encuentro.
Los organizadores leyeron un comunicado similar al que hicieron público la semana pasada y se escudaron en que sus «abogados les han dicho que no pueden hablar de nada». «Así que han leído el papel y no han dado más explicaciones», abundó otro residente.
La reunión no fue especialmente tensa, pero los educadores sí que tuvieron que escuchar algún reproche por ensuciar el nombre del pueblo. «Les hemos dicho que hay proyectos que se pueden venir abajo porque la gente no va a querer venir. Y ellos han pedido disculpas porque se haya puesto Bernedo en el foco, pero han insistido en que en todo momento han actuado de una forma correcta». Aunque tampoco todo fueron críticas a los responsables del udaleku. «La culpa es de los medios por contar cosas que no son verdad, buscan morbo para rellenar páginas», lanzó una vecina.
En Bernedo todos se conocen. Y a los monitores que han atendido los campamentos durante décadas, también. «Pero este año han cambiado, eran nuevos. Han tenido algunas actitudes que... aquí no estamos acostumbrados a que la gente se comporte así».
Tal ha sido el malestar en el pueblo, que han sido los monitores los que quisieron reunirse con los vecinos. Así al menos lo explicó David Antoñana, al finalizar la reunión, a los periodistas a los que vetó la entrada y a los que solo respondió una pregunta.
-¿Volverá a alquilar los locales al mismo campamento el próximo verano?
-Ni idea, ni idea.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión