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El tardeo ha cogido fuerza en la capital alavesa ganando terreno al ocio nocturno. En la imagen, una cuadrilla se divierte en el bar La Comarca. igor martín

El tardeo se consolida en Vitoria

Los bares organizan sesiones de DJs o música en directo por la tarde. Este fenómeno también atrae a público de fuera

Domingo, 11 de diciembre 2022, 00:42

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Son las siete de la tarde del sábado y dentro de los bares de la calle Mateo de Moraza el reloj parece que ha avanzado hasta las dos de la madrugada, las luces están apagadas y los últimos éxitos suenan a todo volumen. Lo mismo ocurre en otros locales del centro y el Casco Viejo, donde se organizan sesiones de DJs y las cuadrillas de amigos beben cubatas antes de cenar. El tardeo –ese término con el que nos familiarizamos en plena pandemia– gana cada vez más terreno al ocio nocturno y ya está totalmente consolidado en Vitoria. Incluso congrega público de ciudades cercanas, atraído por la marcha vespertina en la capital alavesa.

«El vermut, las comidas y las tardes están en auge. Y la hostelería se está orientando cada vez más a ello con propuestas de animación y dinamización como DJs o música en directo», señala Patricia García, gerente de Gasteiz On. También lo notan los restaurantes, y es que los clientes optan cada vez más por los primeros turnos para cenar en vez de por los últimos. «Sí que desde la hostelería se observa que la gente tiene ganas de salir y está saliendo, pero también que se vuelve a casa antes», añade García. Desde la barra atienden a visitantes de Bilbao, San Sebastián, Cantabria, La Rioja... «Vienen sobre todo al vermut, más en la época de verano, y después lo alargan quedándose al tardeo». EL CORREO ha sido testigo de este fenómeno que está revolucionando los horarios para divertirse.

Pasan unos minutos de las siete y media y en el Glass de la calle Mateo de Moraza brindan sus copas de gin-tonic y ron-cola una cuadrilla de vitorianas que rozan los treinta. «La pandemia cambió nuestras rutinas de fines de semana, antes salíamos casi todos los sábados pero el parón nos pasó factura. Ahora nos juntamos bastante menos y casi siempre por la tarde porque nos gusta más», relata Esti ante el asentimiento de sus amigas. «Hacemos más plan de comida y alargar de copas en vez de salir a cenar y acabar en una discoteca. ¡Se nota que nos hacemos mayores!», añade Nahia entre risas.

De Casalarreina y Sevilla

Pero esta tendencia ya consolidada no solo resulta atractiva para el público local. Un buen ejemplo es un grupo de Casalarreina que conversa entre risas y vasos en la pista de baile de La Comarca. «Nos gusta más la tarde porque ya estamos mayores», confiesan Merche, Elena y Laura, parte de esta cuadrilla en la que también hay integrantes vitorianos. «El ambiente que hay aquí –en referencia a la ciudad– está muy bien. Y nosotros disfrutamos más a estas horas que por la noche», agrega otro amigo. Un sevillano acogido por unas amigas alavesas explica que «esto ya se llevaba en mi tierra hace mucho tiempo. Es genial, está guay que haya llegado también aquí».

Estíbaliz García, Marta Izar de la Fuente, Marta Mansa y Marian García son cuatro madres pero hoy no ejercen como tales al menos hasta que regresen a casa. Este sábado se lo han reservado para ellas, para las amigas, aunque tampoco pretenden liarse hasta altas horas. «¿Que por qué preferimos estas horas para salir en vez de por la noche? Muy fácil, por organización familiar. Así al día siguiente somos personas», admiten mientras un pinchadiscos ameniza la velada vespertina en el Clover Club, la coctelería de moda en la calle Olaguíbel. Antes han estado comiendo y su ruta de bares incluye, además del Clover, la Kobatxa y la Kokett, una de las últimas incorporaciones a esta particular ruta del tardeo en la que también se incluye el Cube, en Artium. «Además, como ahora se hace de noche antes, el ambiente te invita a bailar más, parece que es más tarde de lo que realmente es», reflexionan estas amatxus.

Pero si alguien sabe de tardeo en Vitoria ese es Oliver Santano, artista más conocido como DJ Pon y que presume orgulloso de haber sido quien importó este concepto de ocio a la capital alavesa con ese nombre como tal. Fue en el año 2018 de forma puntual, con una fiesta que se organizó en el bar La Dolce Vita de la calle Pintorería a modo de previa a un concierto de Dorian que se iba a celebrar en la Jimmy Jazz. «En vez de hacer la fiesta después, ¿por qué no montarla antes para calentar motores?», recuerda este amante de la música. La idea triunfó. «Fue la leche, salió muy, muy bien». Entonces se puso manos a la obra para dar forma a la idea, incluso creó un logo y un perfil en redes sociales y junto a los dueños del local decidió convertir el DolceTardeo en algo habitual. Ahora se celebra el primer sábado de cada mes y ya tiene un público de lo más fiel.

«El perfil más habitual es gente de entre 35 y 45 con obligaciones familiares, que no quiere liarse»

OLIVER SANTANO, DJ PøN

«Empezamos a las 17.30 y desde esa hora hay gente, estoy pinchando hasta las 21.30 y es increíble porque se llena el bar. La última sesión, por ejemplo, fue la leche porque pasamos de cero a cien en un segundo», cuenta Oliver. El público es diverso, pero muchos de los clientes van allí a tomarse la primera copa. «El perfil más habitual es gente de entre 35 y 45 años con obligaciones familiares, que no quieren liarse. A las doce se van a casa y al día siguiente están estupendos. Pero también viene gente más joven», cuenta este DJ, que tiene como referencia Zaragoza y que pincha desde indie hasta pop de los 80, 90 y 2000 y los últimos éxitos más comerciales.

Abrir antes

En su veterano local, este fenómeno no tiene la etiqueta como tal, pero el responsable del Extitxu, Intxo Pérez de Arenaza, tampoco es ajeno al tardeo. De hecho, se ha instalado con tanta fuerza que ha modificado el funcionamiento del negocio. «Antes tenía dos camareros a la tarde y cuatro a la noche, ahora es al revés», comparte este hostelero. También ha adelantado el horario de apertura y ahora levanta la persiana a las 18.00 los sábados cuando tradicionalmente no lo hacía hasta las 20.00. «Lo bueno es que ya no tengo que coger el micrófono para echar a la gente a la hora de cerrar, como llevan toda la tarde de fiesta se van antes y hay menos problemas con la policía».

«Antes tenía dos camareros por las tardes y cuatro a la noche, ahora es al revés»

intxo pérez de arenaza, bar extitxu

En la 'Cuchi', Álvaro Tobalina también es testigo desde la barra del 1. «La gente que viene por la tarde es de 35 para arriba, grupos de amigos o del trabajo que quieren irse a casa antes por si el domingo tienen algo que hacer o tienen familia». Esta tendencia también ha llegado a la 'Zapa'. «Cada vez se sale antes y las comidas se alargan hasta la noche. El Alambique lo abrimos a las siete, que es cuando empieza a haber movimiento, puntualmente organizamos pinchadas o música en directo», explica su dueño, Javier Fernández.

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