Los sindicatos admiten que la huelga del transporte «no ha sido lo esperado» en Álava

Los servicios han funcionado en su inmensa mayoría con normalidad. Así ha ocurrido en Tuvisa, con un seguimiento del 8,4% entre los conductores según los datos aportados por la empresa pública: seis de 72 personas han secundado la huelga en el turno de mañana y otras seis de 71 en el de la tarde. El rechazo de ELA y LAB a los paros, pese a estar de acuerdo con el fondo de la reclamación ha hecho que la huelga 'pinche' y coseche escasos efectos.

Por la mañana, apenas unos retrasos han alterado la vida en la ciudad. En algunos casos, ni eso, ya que muchos vitorianos han madrugado un poco más para asegurarse de llegar con tiempo a trabajar. Así lo ha hecho a primera hora de la mañana Inma López, que charlaba con este periódico en la parada de la línea 3 en la calle Paz. «Voy al hospital y no puedo arriesgarme a llegar tarde», comentaba mientras esperaba al urbano.

Otros, menos prudentes, se enteraban de las afecciones cuando charlaban con este periódico. Así ha sido el caso de Yolanda García. Tras un primer trayecto, se ha enterado en las paradas de la Catedral de la huelga cuando se le ha preguntado por los paros. Antes, los «20 minutacos de espera» que marcaba el panel ya le habían hecho sospechar. Pese a todo, confiaba en llegar a su puesto de trabajo, en Alto de Armentia. En su momento, los paros de invierno no le afectaron tanto porque «no trabajaba tan lejos de casa». Hoy le tocaba hacer transbordo y apuraba un cigarro en el lateral de la parada para hacer más amena la espera.

Y es que, aunque hayan sido pocos los huelguistas, ha habido líneas de Tuvisa que sí han visto alargados sus tiempos de espera. Así ha ocurrido en la línea 4, la línea 6, la línea B del BEI y con un autobús destinado a reforzar a los servicios más necesitados, que son los puntos donde ha habido chóferes que no han acudido a trabajar.

Ha sido la estación de autobuses donde sí ha habido más caos. Allí se han dejado sentir con más fuerza los paros. Especialmente en el sector privado, que cubre las conexiones con Bilbao. Varios pasajeros han tenido que quedarse en tierra precisamente porque sus viajes no estaban entre los servicios mínimos e iban llenos.

Así ha ocurrido con Karim Hadij. Compró el billete de ida y vuelta a Bilbao «hace una semana». Tenía que hacer unos trámites en una embajada de la capital vizcaína, pero no ha podido coger el autobús de las 10.18. «No me han dejado subir porque iba lleno con esto de la huelga y los retrasos. He tenido que comprar un nuevo billete para las 10.48 y si quiero recuperar el dinero del otro tengo que escribir una reclamación por mail. Por suerte la cita en la embajada la tengo al mediodía, espero llegar a tiempo», contaba con su nuevo billete en las manos.

En el servicio foral, Alavabus, el impacto tampoco ha sido relevante, pero sí superior al de Tuvisa. Según fuentes de la empresa pública, los problemas se han concentrado en la concesión de Rioja Alavesa, que agrupa seis de las diecinueve líneas públicas: las 7, 8, 9, 10, 11 y 12. Aquí ha habido cuatro servicios que no han podido salir; dos de ellos, conexiones entre Logroño y Vitoria.

Además, se registraron algunas incidencias menores en las líneas del valle de Ayala y las que conectan Vitoria con Miranda de Ebro y Durango. Las líneas de Álava central (1, 2, 3, 4, 5, 6 y 13) fueron las que circularon con mayor normalidad.

En empresas privadas, a expceción de La Unión, el impacto tampoco ha sido de gran magnitud. Otro de los puntos que podían complicarse en esta rama, las líneas que habilita Mercedes Vitoria para sus trabajadores, tampoco se vieron afectadas. En este caso, además, se daba la circunstancia de que el grueso de la plantilla está en casa por las cancelaciones de producción vigentes esta semana. Hoy apenas trabajaba el personal de oficinas y «muchas personas habían pedido teletrabajo», trasladan desde el entorno del comité de empresa.