Un sindicato policial denuncia «acoso laboral y sexual» a dos mujeres ertzainas de Vitoria

En el caso de la primera víctima, el sindicato policial habla de «una estrategia de aislamiento y presión psicológica con el objetivo de declararla no apta y expulsarla del cuerpo» mientras que, sobre la agente de carrera, hace referencia a que sufrió «comentarios machistas, presiones y un deterioro de su salud mental que le ha impedido continuar con su labor profesional».

«En la Ertzaintza hay mujeres que están siendo acosadas por ser mujeres, y la institución lo permite. El silencio y la inacción también son formas de violencia», aseguraba Juan Carlos Sáenz Alonso, secretario de Organización de SiPE.

El departamento de Seguridad que dirige Bingen Zupiria reconocía horas más tarde que abrió sendas investigaciones entre los meses de febrero y marzo. En ambos casos convocó comités de Mediación entre las presuntas víctimas y sus supuestos agresores, y llegó a una conclusión común:no fue posible determinar si llegó a a existir «acoso laboral».

El 6 de febrero Recursos Humanos recibió la denuncia por «acoso moral y por razón de sexo» de la agente de Tráfico que, según la Viceconsejería de Seguridad, excusó participar en la mediación. Así las cosas, el informe final admite «problemas de relaciones interpersonales y que la comunicación y trato carecen de la formalidad requerida» en una organización como la Ertzaintza.

Es más, se aconseja «dar traslado a la dirección del cuerpo de la problemática detectada y que se imparta una jornada de sensibilización del uso del lenguaje inclusivo y no sexista». Ese último informe se emitió el 18 de marzo. Un día antes entraba en Recursos Humanos la denuncia de la agente en prácticas de Arkaute. Ella, las «presuntas acosadoras» y distintos testigos fueron convocados a entrevistas sin previo aviso. En total 10 personas. La conclusión, del 14 de abril, es que «no se considera» que existiese una estrategia o complot para perjudicar a la policía «ni indicios de acoso laboral».

Desde el Sindicato Profesional de la Ertzaintza se considera que la mediación «ha servido únicamente para cubrir el expediente, evitando actuar con el rigor que exige la ley y permitiendo que el acoso continúe». Y exige al Gobierno vasco y a la dirección de la academia de Arkaute «una actuación inmediata y ejemplarizante» planteando, entre otras medidas, la necesidad de abrir expedientes disciplinarios contra «los superiores jerárquicos y compañeros implicados en ambos casos».

También plantean revisar los protocolos antiacoso por considerar que «los actuales son ineficaces y se han convertido en herramientas burocráticas sin impacto real. Se requiere una revisión con participación sindical y con perspectiva de género real».