Una mirada profunda

La narración avanza con fluidez a través de situaciones bien delineadas que revelan el impacto del cierre del astillero, la pérdida del empleo y sus consecuencias tanto personales como colectivas. Los diálogos no son solo ágiles sino que permiten que el humor conviva con la emoción, mientras que las transiciones resultan fluidas, contribuyendo así a un retrato cohesionado.

Momentos como las entrevistas laborales, los encuentros en el bar o las tensiones matrimoniales se entrelazan con eficacia, componiendo un tejido narrativo que ahonda en la complejidad del drama social. La obra no solo retrata la fuerza del colectivo a través de un grupo de amigos que se apoya frente a la adversidad, sino que también da espacio a la individualidad de cada personaje, mostrando con matices las distintas maneras de afrontar la incertidumbre y la pérdida. Los actores hacen un gran trabajo coral, funcionando como una maquinaria bien engrasada, destacando por la escucha, solidez y humanidad que aportan a sus personajes

La escenografía, basada en elementos industriales como chapas metálicas sitúa con acierto la acción. Los distintos niveles y rincones de su diseño permiten un juego escénico tridimensional, amplificado por una iluminación que enriquece las posibilidades espaciales.

Esta versión teatral es un conmovedor trabajo escénico que consigue trasladar con aplomo el tema del desempleo al escenario con una mirada honesta y cercana que lleva a la reflexión sobre las desigualdades y el valor de la solidaridad.